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VISITA A LA ZONA DE EXCLUSIÓN DE CHERNÓBIL
El Puente de la Muerte, en Prípiat
Antes de entrar en Prípiat, hay que cruzar el “PUENTE DE LA MUERTE”, uno de los lugares más legendarios y controvertidos de la zona de exclusión. Situado a la entrada de la ciudad fantasma y a apenas 2 km de la Central Nuclear, es un paso elevado por encima el ferrocarril que conecta las instalaciones de la central nuclear con la estación de ferrocarril Janov.
Sobre él se extiende uno de los mitos más populares sobre Chernóbil, según el cual, la misma noche de la explosión del reactor, algunas personas, movidas a partes iguales por la ignorancia del peligro y la curiosidad, se acercaron al puente para ver el incendio de la planta, ya que desde ahí se obtenían unas buenas vistas sobre la central. Como resultado, todos recibieron dosis letales de radiación al ser bombardeados por las invisibles partículas radiactivas que fueron arrastradas por el viento.
Como suele pasar con este tipo de historias populares, el mito y la realidad se entremezclan creando un relato difuso.
Así se escenifica en Chernobyl (HBO), que aprovecha el mito del Puente de la Muerte para apelar a las emociones del espectador. Como veremos, la información contrastada no alcanza una verdad incuestionable, por lo que los guionistas optó, simplemente, por una interpretación más dramática.
Siempre que no afecte a la esencia de la verdad, esto debe aceptarse como sensato, e incluso conveniente para mantener el interés de la audiencia.
Pero más allá de licencias cinematográficas, la lógica deductiva tiende fácilmente a desmontar el mito.
Desmontando el mito sobre el Puente de la Muerte
Se estima que inmediatamente después del accidente, los niveles de radiación en el puente ascendieron hasta los 5.000.000 μSv/h ( el nivel atmosférico normal es de unos 0,3 μSv/h). Teniendo en cuenta que alrededor de los 7.000.000 μSv/h, la dosis recibida puede resultar letal, se deduce fácilmente que cualquier persona que permanezca en el puente durante una hora y media tendría una probabilidad muy alta de morir a causa de la radiación. Hay que decir, sin embargo, que cada persona tiene una tolerancia diferente a la radioactividad. Algunas pueden sobrevivir al doble de la dosis letal, mientras que para otros sólo la mitad de ella puede resultar fatal.
Uno de los mejores lugares para observar la planta nuclear desde Prípiat es el puente. Además, está situado un poco más alto que el terrero que lo rodea, lo que lo convierte en un perfecto mirador. Tanto la proximidad del puente a la ciudad como el hecho de que desde este sea visible la central siniestrada, son los principales argumentos para pensar que allí se agruparon curiosos.
Ahora bien, El accidente ocurrió de madrugada, cuando la ciudad dormía. Básicamente, sólo los trabajadores de la central y el personal de emergencias y sus familias sabían que había pasado algo. El resto de la población no se enteró del siniestro hasta el amanecer. A partir de aquí, es lógico pensar que nadie visitara el puente durante la noche.
De buena mañana se midieron los niveles de radiación en la ciudad y entonces se supo que el puente era altamente radiactivo. Con esa información, que únicamente conocían las autoridades, ya que inicialmente se dijo a todo el mundo que la población estaba segura, se dispuso una patrulla policial a cada lado del puente, que sólo permitía la circulación a vehículos. Nadie podía atravesar el puente andando, y mucho menos quedarse ahí durante un rato.
No existe ningún documento o testimonio que hable explícitamente de irradiados en esa localización, y menos aún de muertos, pero sí que se sabe que hubo patrullas custodiando a ambos lados del puente y que, de ellas, la que recibió la dosis más alta de radiación fue la que estaba en el lado más cercano a la central nuclear. Se desconoce cuanto tiempo permanecieron allí o si se hicieron relevos, pero aquí sí que es lógico pensar que con el tiempo, las dosis recibidas pudieran ser letales para los agentes.
Aunque está ampliamente aceptado que el fuente fue una frontera entre la vida y la muerte, lo cierto es que no hay evidencias de ello, más allá de los que se encargaron de custodiar el puente. El único hecho por el que se habría adoptado el sobrenombre de Puente de la Muerte sería el hecho de que más de 1.000 autobuses lo cruzaron durante la evacuación de Prípiat. Aún así, cruzarlo no lleva más de medio minuto, lo que no es suficiente para afectar a las personas de manera letal.