Contenidos de la página
LA RUTA 66 EN TEXAS: De Shamrock a Glenrio, 263 km
A falta de un río o de alguna grieta continental, las fronteras entre estados suelen pasar desapercibidas, pero no es así entre Texas y Oklahoma. Casi inmediatamente después de entrar a Texas, el terreno cambia. los bosques de los Ozarks y las onduladas colinas de Oklahoma quedan atrás a medida que las vastas distancias del Panhandle, en el norte de Texas, se convierten en la característica dominante de unos paisajes que, por otro lado, son más bien poco memorables al oeste de Texola. En unas pocas millas la tierra se vuelve más plana, aburrida y un poco más amenazadora, invitando al viajero a abrirse camino rápidamente hacia una región con más encanto.
Puede que esa sea la razón por la que muchos visitantes rara vez pierden de vista los cuatro carriles de la I-40, pero lo cierto es que los pueblos fantasma y los lugares abandonados aparecen aquí mucho más remotos y surrealistas que cualquier otro sección de la Ruta 66.
Irónicamente, el tráfico en muchos de estas localidades, hoy prácticamente desaparecidas, hizo de los días más oscuros de la Gran Depresión, sus mayores días de gloria.
Shamrock
Situado a 24 km al oeste de la frontera estatal con Oklahoma, Shamrock es el primer pueblo de Texas por la Ruta 66 llegando desde Texola. La ciudad en si es un auténtico tesoro plagado de desgastados vestigios de una época en la que era una próspera comunidad petrolera de casi 4.000 habitantes cuyo corazón era atravesado por una Ruta 66 que en su día engendró negocios que ahora no son más que ruinas esqueléticas.
Su historia se remonta a 1893, cuando un inmigrante irlandés y ganadero llamado George Nickel solicitó abrir una oficina de correos con el nombre de Shamrock, un trebol verde de tres hojas que en Irlanda simboliza coraje y buena suerte. El nombre fue aceptado por los funcionarios postales y, aunque la oficina no se abrió, el nombre perduró para cuando el ferrocarril llegó a la región en 1902.
Con el ferrocarril, la ciudad experimento un crecimiento que alcanzó su apogeo cuando se descubrió petróleo en la zona en 1926 y se abrió la Ruta 66 el mismo año. Durante los años 30 y 40, la ruta 66 fue la bulliciosa calle principal de la ciudad, llena de cafeterías, garajes, gasolineras y moteles, algunos de los cuales todavía permanecen en pie.
La caída de la industria petrolera y la finalización de la I-40 iniciaron el lento declive de la ciudad, aunque hoy, un renovado interés por la vieja Ruta 66 ha dado como resultado la restauración del icónico U-Drop Inn y la gasolinera Magnolia del centro.
Antigua postal de Shamrock, Texas. Fuente: 66postcards.com
Main Street en Shamrock, hoy no tan bulliciosa.
Los habitantes de Shamrock se toman muy en serio su herencia irlandesa. En 1938, cuando la Ruta 66 se pavimentó, se celebró con un gran desfile que dio lugar a las celebraciones del día de San Patricio (St. Patrick´s Day), el día más célebre de año en el pueblo.
Hoy, Shamrock ronda los 1800 habitantes y alberga uno de los lugares más emblemáticos de la Ruta 66, la CONOCO TOWER STATION & U-DROP INN CAFE, una brillante obra de estilo art déco que data de 1936 y que, actualmente, una vez restaurada y bajo la propiedad de la ciudad, acoge un museo, un centro de visitantes, las oficinas de la cámara de comercio local y un lugar agradable donde tomar un café. Si el horario lo permite, planifique una visita diurna, para poder disfrutarla desde dentro, o nocturna, para observar cómo su letrero de neón lo baña en una luz suave y colorida.
En Shamrock también se encuentra el depósito de agua más alto de todo Texas. En 1912, para organizar el sistema de distribución de aguas, que hasta ese momento llegaba a la ciudad a través de carros, se aprobó el proyecto de Howard Tricks, la construcción de una torre de 49 metros, con un tanque de 290.000 litros. Cuando terminó la obra en 1917, representó un verdadero hito para el desarrollo de la ciudad.
Shamrock Water Tower, en el centro histórico, al final de Main St.
Entrando a la ciudad en dirección oeste, a mano izquierda aparece el histórico Sun ‘n Sand Motel, que se promocionaba como «un Motel elegante» cuando abrió sus 28 habitaciones en 1953. Hoy sus instalaciones siguen alojando huéspedes bajo el nombre de Route 66 Inn.
Justo en frente, ahora funcionando como empresa de limpieza (Shamrock Cleaners), fue un taller y estación de servicio Mobil en 1950.
La antigua Gasolinera Whiting Brothers, de 1938 es ahora una pizzería, y del llamativo neón con el escudo de la empresa que anunciaba el negocio, sólo queda un poste. Whiting Brothers llegó a tener más de 100 estaciones de servicio en el suroeste, de las que han cerrado todas menos una. Shamrock llegó a tener hasta tres de ellas.
Antigua gasolinera Whiting Brothers
Otra antigua estación de servicio de estilo Art Deco similar a la anterior, se encuentra al otro lado de la calle y funiona como un negocio de cambio/reparación de neumáticos.
Estación de servició Art Deco reconvertida en negocio de neumáticos
El antiguo Lucy´s Cafe era, en 1940, una estación de servicio de estilo nativo de Pueblo-Santa Fe. Hoy, el edificio acoge el restaurante Rusty´s.
Lucy´s Cafe
A su lado hay otro edificio que en 1957 fue una gasolinera Texaco, una de las 5 que había en Shamrock. Ahora, una vez reformado, es el «Spinning Jenny’s House of Music«.
Antigua gasolinera Texaco
Al llegar la intersección con Main St aparece la Conoco Tower Station & Drop Inn Cafe, quizás el mejor ejemplo de arquitectura Art Deco de toda la antigua Ruta 66. Si el edificio le resulta familiar es porque es otro de los lugares inmortalizados en la película Cars (2006). La obra está inscrita en el Registro Nacional de Lugares Históricos.
En el centro histórico, en 204 N. de Madden St., se encuentra el antiguo Hotel Reynolds, desde 1978 convertido en el edificio principal del Museo Pioneer West, que se equipa con todo tipo de artefactos donados por los ciudadanos locales. El hotel llevaba el nombre de su fundadora, la abogada local Marion Reynolds.
Junto a él se encuentra la histórica y restaurada estación de servicio Magnolia, de 1934, que todavía conserva las antiguas bombas de gasolina alimentadas por gravedad. Al otro lado de la calle, se encuentra la residencia del doctor B.A.Zeigler. La casa, que data de 1910, forma parte del Museo Pioneer West.
Estación de Servicio Magnolia y, just o en frente, la casa del Dr. B.A. Zeigler, de 1910.
De vuelta a la Ruta 66, la antigua estación de servicio P.B. Woolridge, data de 1938 y está ubicada en el 400 W. 12th St. Esta es la tercera de las estaciones con diseños Art Deco repartidas a lo largo de la Ruta 66 en Shamrock.
Saliendo de Shamrock, a algo más de 30 km en dirección oeste, se llega a McLean, un pueblo que parece uno más de los muchos que se atraviesan por la Ruta 66 en Texas, pero que tiene bastantes cosas interesantes para ver…
McLean
McLean se fundó en 1901, cuando Alfred Rowe, un próspero granjero inglés donó unos terrenos de su propiedad situados cerca de la parada de ferrocarril. Rowe murió el 15 de abril de 1912, en el trágico hundimiento del Titanic, cuando regresaba a Texas después de visitar su Inglaterra natal.
La ciudad se fue desarrollando alrededor del auge del petróleo, la ganadería y la agricultura. Con la llegada de la Ruta 66 en 1927 se abrieron nuevos negocios en los márgenes de la nueva carretera, convirtiéndose en una parada obligatoria para turistas y viajeros. En la década de los 40 alcanzó el pico de prosperidad, acogiendo casi 1500 habitantes, 6 iglesias y alrededor de 50 negocios.
La prosperidad desapareció con el colapso de la industria del petróleo y la construcción de la I-40. Se da la circunstancia de que McLean fue la última ciudad en Texas en ser circunvalada por la interestatal.
Aquello sucedió en 1984 y, desde entonces, la población fue disminuyendo progresivamente hasta los 654 actuales (2021).
Y aunque al atravesar el pueblo por First St., este se parezca más a una ciudad fantasma o a la localización de una película indie, que a un lugar con un mínimo de atractivo para el visitante, lo cierto es que hay algunas atracciones por la que merece la pena detenerse, como el único museo del mundo dedicado al alambre de espino, el viejo Cactus Motel, una estación de servicio magníficamente restaurada o el Museo Histórico McLean-Alanreed.
En la era dorada de la Ruta 66, uno de los principales negocios de McLean era la fábrica de sujetadores Sears. Hoy, ese edificio alberga una de las mayores sorpresas que esconde este pequeño pueblo, el DEVIL´S ROPE & ROUTE 66 MUSEUM, que presume de una amplia colección de objetos hechos con alambre de espino y herramientas antiguas para construir vallas. Además de la colección más grande del mundo (mucho más interesante de lo que puede parecer) de este tipo de piezas, el museo rinde homenaje al campo de prisioneros de guerra que alojó, en las afueras de la ciudad, a marineros alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.
Hasta la invención del alambre de púas, mantener el ganado contenido en un lugar específico requería cercas de madera o muros de piedra. El primer alambre práctico tal como se conoce hoy en día, a la post uno de los elementos más importantes para la conquista económica en las Grandes Llanuras, fue patentado por Joseph F. Glidden de DeKalb, Illinois, el 24 de noviembre de 1874. Robusto y fácil de fabricar, fue todo un éxito y le valió a su inventor el título de «Padre del alambre de púas».
El Devil´s rope Museum comparte recinto con el Museo de la Ruta 66, que exhibe algunos recuerdos de los años dorados de McLean y un sinfín de historias sobre el surgimiento de la Ruta 66 en el Panhandle.
La entrada es gratuita para ver ambos museos.
Otra parada interesante en McLean es el Museo Histórico McLean-Alanreed, que ocupa un edificio de 1920 situado en Main St., una céntrica y bonita calle pavimentada con ladrillo rojo. Fundado en 1969, los residentes locales han trabajado para preservar todo tipo de artefactos relacionados con la historia local. Así, los visitantes pueden explorar salas que reproducen algunos negocios, como una antigua barbería, un consultorio de dentista o una redacción de un periodico.
Alfred Rowe, el prestigioso ganadero inglés que donó el terreno para fundar el municipio de McLean, estaba en el Titanic de regreso de su Inglaterra natal cuando este chocó contra un iceberg y se hundió en 1912. Su trágica muerte inspiró la exhibición del transatlántico británico en este museo.
Entre fantasmales reliquias de gasolineras y moteles vacíos, se encuentra la ESTACIÓN DE SERVICIO PHILLIPS 66, la primera de esta compañía en Texas.
Construida en 1929, la estación cerró en 1977 y permaneció abandonada hasta que, en 1992, la Asociación de la Ruta 66 de Texas la restauró, siendo la primera estación Phillips 66 en ser restaurada.
Un camión cisterna Ford de finales de la década de 1940, un antiguo letrero negro y naranja de Phillips 66, dos bombas de gasolina antiguas (la derecha muestra un precio de 19.9 centavos por galón) y un tanque de aceite se encuentran junto a la renovada estación.
Al otro lado de la calle, en el extremo oeste de McLean, es difícil pasar por alto el gran letrero del Cactus Inn Motel.
De los antiguos moteles en McLean, el único que aún recibe huéspedes es este, que originalmente abrió sus puertas en la década de 1950 como West Wind. Los propietarios originales vendieron el motel a mediados de la década de 1960, después de lo cual se convirtió en Cactus Inn.
Saliendo de McLean por la I40, que es la continuación de First St., el siguiente pueblo, a menos de 12 millas hacia el oeste es Alanreed, donde se encuentra el cementerio más antiguo de la Ruta 66.
Experiencias cercanas
Flagstaff, Williams y el Crand Canyon
Ruta 66 y el Gran Cañón
Recorre la Ruta 66, uno de los símbolos de Estados Unidos, Descubre la cultura de Arizona y admira el Cañón del Colorado.
¡Un paseo por la “Calle principal de América”!
Alanreed
A sólo unos pocos kilómetros al oeste de McLean se encuentra la antigua ciudad de ALANREED, cuyos días de Gloria han desaparecido por completo (según el censo de 2020, aquí viven 23 habitantes).
Con la interestatal, todos los moteles, gasolineras y cafeterías que tenía en su apogeo desaparecieron, salvo la remodelada gasolinera Kiser´s 66 Super Service Station, construida en 1930 por Bradley Kiser en lo que entonces era el downtown (3th Ave -US66- con Main St.). Hoy, la estación de servicio permanece muy bien restaurada gracias a los esfuerzos de la Asociación de la Ruta Histórica 66 de Texas.
Un vistazo a través de su ventana revela un viejo escritorio, una rueda de radios y un televisor que podría ser de los años 70 u 80. Al frente hay una bomba de gasolina Texaco que marca un precio de 1.19$ por galón, así como un surtidor de aceite a granel. En el dosel del lado este del edificio hay otro surtidor y otro dispensador de aceite.
El cementerio de Alanreed, que data de 1890, es el más antiguo de la Ruta 66 en Texas. Desde 1964, cuando se formó la Alanreed Cemetery Association, su mantenimiento depende únicamente de los donativos particulares.
EL INFAME JERICHO GAP
Sin duda, una parte de la historia de la relación entre la Ruta 66 y Alanreed tiene que ver con una de las secciones más traicioneras de la Ruta 66: el infame Jericho Gap.
En los primeros días de la Ruta 66, la última sección de la Ruta 66 (de casi 30 km) en ser pavimentado en el estado de Texas fue la situada entre Alanreed y Groom. Al llegar a la altura de Jericó, una pequeña comunidad ahora desaparecida por completo, el tramo era conocido como Jericho Gap, por los profundos surcos sobre el terreno, capaces de atascar los automóviles en el barro después de las tormentas o de partir el eje de las ruedas cuando la tierra se secaba.
A finales de la década de 1920, ese tramo se había ganado una terrible reputación… Las historias sobre el lodazal se extendieron a lo largo de la Ruta 66 y aterrorizaron a aquellos primeros viajeros. Cuentan que los lugareños a menudo se beneficiaron de los muchos vehículos varados en los agujeros, pues ayudaban a sacar los vehículos varados del atolladero a cambio de unos dólares. Incluso hay quien asegura que algunos locales embarraban el camino a propósito para aumentar sus ganancias.
Ese tramo original ya no existe, pues fue pasado por alto en la década de 1930 cuando se construyó una nueva sección. Lo poco que pudiera quedar de él habría que buscarlo dentro de propiedades privadas.
Groom
Hubo un tiempo que, al llegar a GROOM, los viajeros que se dirigían hacia el oeste suspiraban aliviados, ya que eso significaba que habían cruzado el infame Jericho Gap y habían vivido para contarlo.
En la década de 1930, era una próspera villa que vivía del cultivo de trigo, del maíz y de los extensos ranchos de ganado. A lo largo de los años ha ido perdiendo población, pero se ha mantenido como una sencilla comunidad más o menos próspera con 547 habitantes en 2021. Hoy, los viajeros conocerán la ciudad por su torre de agua inclinada, construida así a propósito en los años 50 como reclamo para una parada de camiones, y una moderna cruz de 58 metros de altura.
Este lugar era conocido como la parada de camiones de la Torre Inclinada hasta que esta se quemó hasta los cimientos en 1987. Todo lo que queda de ella es un destartalado letrero un poco alejado del tanque.
Originalmente, la LEANING TOWER OF BRITTEN era un tanque de agua desahuciado que fue comprado por Ralph Britten con la esperanza de utilizarlo para almacenar el agua de su parada de camiones. Después de trasladarlo y de encontrar otra forma de almacenar el agua, decidió usar la torre para llamar la atención y captar como clientes para su restaurante a todos aquellos curiosos que paraban atraídos por la desequilibrada torre.
El negocio cerró en los 80, después de que lo destruyera un incendio y hoy la torre no es más que uno más de los recuerdos de la Ruta 66. Un elemento puramente decorativo que, con los años, se ha convertido en una popular atracción turística.
Aunque no se remonta a los días de la Ruta 66, la GROOM CROSS, la cruz más grande del hemisferio norte, es una atracción que, para muchos, reúne el espíritu de la Carretera Madre.
Fue construido por Steve Thomas, de Pampa, Texas, en 1995. Disgustado con las enormes vallas publicitarias que anunciaban pornografía a lo largo de la I-40, el Sr. Thomas, inspirado por una cruz construida por un ranchero en Ballinger, Texas, quiso levantar una enorme cruz como acto de fe en un terreno donado por Chris Britten (hijo de Ralph, el del restaurante).
Los añadidos posteriores a la cruz incluyen un memorial en recuerdo de las víctimas del aborto, una réplica del Calvario, con escalones que conducen a las cruces, y una réplica de la tumba de Cristo.
Conway
Conway le debe su existencia al ferrocarril, pero el auge económico le llegó con el tráfico de la Ruta 66. Hoy, tanto uno como otro se han ido, y a la ciudad, a la práctica, hoy convertida en un pueblo fantasma, no le quedan más que recuerdos.
En 1946, CONWAY acogía la última gasolinera hasta Amarillo. Cecil y Zelma Walker la abrieron en 1926, dos años antes de hacer lo propio con la cafetería, que ocupaba un edificio situado a unos metros. Hoy esa misma estación de servicio, cuyos letreros desaparecieron hace ya mucho tiempo, apenas se sostiene en pie y lucha en silencio por no colapsar. Hablamos de la antigua estación y cafetería Walker´s Phillips 66 Gas Station , que se encuentra en la intersección de la Ruta 66 con la Highway 207.
En 1966, dos semanas después de la apertura de la I-40, la cafetería y la gasolinera tuvieron que cerrar. el edificio de la cafetería fue demolido en algún momento, pero la gasolinera todavía sigue en pie, agonizando.
Aunque es una atracción reciente, el Bug Ranch sin duda mantiene el verdadero espíritu de la Ruta 66
THE BUG RANCH, una pintoresca atracción a pie de carretera donde cinco Volkswagen Beetle permanecen semi enterrados, fue una idea de Thomas y Lula Mae Crutchfield, propietarios de los cercanos Longhorn Trading Post y Rattlesnake Ranch, abiertos en 1967.
Ellos fueron los que crearon el Bug Ranch en 2002, en un ingenioso intento por atraer visitantes de la I-40 hacia su puesto comercial y su granja con serpientes de cascabel vivas, sin duda, inspirados por el famoso Cadillac Ranch, que se encuentra 50 km más adelante, en las afueras de Amarillo, Texas.
Los Beetles no salvaron los negocios, que cerraron un año más tarde de su creación, pero el Bug Ranch sigue atrayendo un buen número de visitantes a día de hoy.
En el edificio del Longhorn Trading post, ahora reacondicionado, hay un pequeño puesto comercial donde se puede comprar pintura en spray y recuerdos.
Amarillo
Al llegar a Amarillo, la ciudad más importante que atraviesa la Ruta 66 en Texas, el itinerario se vuelve escurridizo, así que si no se dispone de una guía, o el tiempo y la paciencia necesarios para zigzaguear por sus calles llenas de semáforos, es mejor ir directamente a lo que se quiere visitar.
AMARILLO, la ciudad más grande entre Oklahoma City y Albuquerque, es uno de los pocos lugares en Estados Unidos donde el Antiguo Oeste todavía está muy presenteen la vida cuotidiana. En cualquiera de los numerosos ranchos cercanos, por ejemplo, el funcionamiento no se ha modificado mucho desde principios del s.XIX.
La ciudad se fundó en 1887 como un campamento de cazadores de búfalos. Uno pocos años antes, Charles Goodnight condujo una manada de vacas Longhorn hasta el cañón de Palo Duro para poner el marcha el primer rancho de la zona, al sur de Amarillo. Con él, llegaron más ganaderos y pastores en busca de pastos frescos y de un lugar donde empezar una nueva vida.
Muy pronto se convirtió en la ciudad más desarrollada del Panhandle de Texas gracias a la industria ganadera y, sobre todo al descubrimiento de yacimientos de gas en 1918 y de petróleo en 1921, cuya explotación permitió que se amasaran grandes fortunas de un día para otro.
Los años 30 trajeron el Dust Bowl a Texas. Grandes sequías y tormentas de polvo que multiplicaron el efecto de la Gran Depresión en la zona y llevaron a una cantidad emergente de vehículos a recorrer la Ruta 66 hacia California, lo que favoreció la rápida apertura de moteles, cafeterías, restaurantes y otros negocios relacionados con la atención a los sufridos viajeros, a lo largo de todo el recorrido de la Carretera Madre en dirección oeste.
La ciudad obtuvo su nombre del color que tenía la tierra en las cercanas orillas de lo que ahora es Amarillo Creek y por las abundantes flores amarillas que crecían en el área. Las primeras casas construidas en la ciudad fueron pintadas en ese color como homenaje al nombre de la ciudad.
En 1946, Amarillo era una próspera y bulliciosa ciudad de más de 70.000 habitantes que contaba con más de 40 hoteles y todas las instalaciones turísticas necesarias para atender a los viajeros de la Ruta 66, cuyos viajes por carretera ahora estaban más relacionados con el turismo y el ocio que con la inmediata necesidad de buscar un futuro mejor en otra parte.
Hoy todavía se pueden encontrar algunas viejas reliquias de aquella época repartidas por todo Amarillo. Las que destacan por encima de todas ellas son el Big Texan Steak Ranch, el distrito histórico de la Ruta 66 y el famoso Cadillac Ranch.
Big Texan Steak Ranch
Dada la abundancia de vacuno en Texas, era inevitable que alguien pensara en abrir un gran restaurante donde poder saborear la carne local, pero lo cierto es que a finales de los 50, Amarillo, tierra de vacas, todavía no contaba con un solo asador. El visionario Robert J. Lee, vio en esa ausencia, una oportunidad de negocio y en 1960 el Big Texan abrió sus puertas afirmando servir el filete más grande de todo Texas.
Como declaración de intenciones, creó el el desafío del bistec de 2kg GRATIS. Prometió regalar una comida compuesta por un solomillo de 2kg guarnecido con una patata asada, un cóctel de gambas, una ensalada y un panecillo a quien fuera capaz de terminársela en menos de una hora, sin abandonar la mesa, compartir comida o vomitar. En caso contrario, que es el de la gran mayoría, se tenía que abonar el precio del plato (actualmente 72$).
Según el Amarillo Globe, R.J. Lee inauguró su desafío en noviembre de 1960, poco después de abrir el restaurante.
Bobby Lee, hijo del difunto R.J., dijo que el restaurante adoptó una temática western por la tipología de su clientela. Por su ubicación, su padre recibía a los vaqueros de los ranchos cercanos, que venían a tomar cerveza después del trabajo. Uno de estos vaqueros, entró en el restaurante un día y comió cinco bistecs de medio kilo, una patata al horno, una ensalada, un cóctel de camarones y un panecillo en una hora. R.J. declaró en ese momento que “cualquiera que pudiera comer tanta comida debería tenerla gratis”…
El resto es historia
La cantidad de carne recomendada para una persona de entre 40 y 59 años de edad es de 150 gramos. Terminar el filete representa consumir más de 13 veces la cantidad saludable de carne de una sentada. Para superar el monumental desafío, el o la valiente aspirante comerá en una mesa situada en una mesa elevada en medio del restaurante, y su experiencia será retransmitida en directo a través del canal de Youtube del restaurante.
Su sorprendente promoción, cuya promesa era plasmada en carteles colocados a cientos de quilómetros de Amarillo, se difundió rápidamente por todo el país y el restaurante no tardó en convertirse en una parada ineludible para los viajeros que recorrían la Carretera Madre. El caso es que puede que Lee subestimara el atractivo de su ingenioso reclamo publicitario porque todavía sigue sirviendo una impresionante cantidad de carne de vacuno a quien quiera que visite el restaurante.
La actual es la segunda ubicación del Big Texan. En 1968, cuando se terminó el desvío de la I-40, el Big Texan se alejó de la Ruta 66, aunque manteniendo la antigua promoción y toda su reputación como asador.
Con el tiempo ha ido ampliando sus inquietudes a otros servicios turísticos, como un motel temático que está justo al lado del restaurante.
Distrito Histórico de la Ruta 66
La mayor parte de la alineación original de la Carretera Madre en Amarillo todavía se puede conducir en Amarillo. El Distrito Histórico de la Ruta 66, ubicado en 6th Ave. entre Georgia y Western St., fue uno de los primeros distritos residenciales y comerciales de la ciudad. Unos tiempos en que la gente venía de los alrededores para visitar sus tiendas y restaurantes, y para bailar en el Nate Ballroom, que ahora se ha reactivado como centro comercial de antigüedades.
Los edificios de este barrio de principios del siglo XX, inscrito desde 1994 en el Registro Nacional de Lugares Históricos, representan las sucesivas fases de la evolución histórica de la cultura del diseño estadounidense, con elementos de estilo Pueblo Deco, Renacimiento español o Art Deco. Tanto en este como en el vecindario de San Jacinto que lo rodea, los visitantes encontrarán edificios catalogados como históricos, con cientos de escaparates rehabilitados que hoy albergan galerías de arte, tiendas de antigüedades y restaurantes.
THE NAT BALLROOM
Cuando uno lee un poco sobre el Amarillo Natatorium, el «Nat», casi nadie habla de los días en que fue concebido como una piscina al aire libre. Siempre se cuentan historias sobre Little Richard, Duke Ellington, James Dean, Buddy Holy, Roy Orbison, Marilyn Monroe o Elvis… Y es que en poco tiempo, a aquella piscina de 1922 se le añadió un segundo piso y una fachada con forma de castillo… Y se transformó en un salón de baile.
Durante décadas la música no paró de sonar y las estrellas se fueron sucediendo, pero todo cambió el 23 de agosto de 1956 durante un concierto de Little Richard. Aquel día, hubo altercados entre el público y alguien agredió al sheriff del condado. Como consecuencia, el local perdió su licencia para vender cerveza por suministrarla a menores y los miembros de la banda fueron denunciados por «conductas ofensivas para la decencia pública».
Con el tiempo, el número de shows disminuyó y el local tuvo que cerrar en los años 60.
Amarillo Natatorium. 2705 6th Ave, Amarillo, TX.
Cadillac Ranch
Al oeste de Amarillo, hay lugar que llama la atención en la carretera Es el legendario Cadillac Ranch, un extraña obra de arte de participación pública que recoge una colección de 10 Cadillacs antiguos semi enterrados con el morro hacia arriba y cubiertos de grafitis.
El Cadillac Ranch, a las afueras de Amarillo, Texas. Quien quiera que pase por ahí puede traer su lata de pintura en spray y sellar su recuerdo en cualquiera de los vehículos. Eso sí, será una obra efímera porque los coches se limpian regularmente, convirtiéndolos, de nuevo, en un lienzo en blanco.
La idea del Cadillac Ranch surgió de las inquietudes artísticas y filántropas de Stanley Marsh 3 y la habilidad de un grupo de artistas de San Francisco autodenominados Art Farm. Marsh, decidido a homenajear a la cultura estadounidense del automóvil, donó un terreno, un presupuesto de $3,000 y encargó el proyecto a los artistas del Art Farm.
La obra finalizó en 1974 y, para lograr la máxima repercusión, el homenaje que Marsh rindió a los sueños motorizados de los estadounidenses fue colocado a lo largo del trazado de la Calle Mayor de Norteamérica. En 1997 la ciudad de Amarillo había crecido tanto que a Marsh le preocupó que la expansión urbana pusiera en peligro el estado de su obra, por lo que desplazó los diez Cadillacs a la ubicación actual, unos 3 km más al oeste.
Más allá del Cadillac Ranch, en las afueras de Amarillo, hay que reincorporarse a la I-40 para seguir hacia el oeste por una vasta tierra vacía, atravesando descuidados pueblos que crecen junto a la antigua carretera y algunas joyas ocultas atrapadas en el tiempo, como Vega, el Midpoint Cafe de Adrian o Glenrio, mitad Texas, mitad Nuevo México.
Vega
Vega, un pequeño pueblo que apenas sobrepasó, en sus mejores días, los 500 habitantes, siempre dependió de la Ruta 66. Todos sus negocios fueron creados exclusivamente para satisfacer las necesidades de los efímeros viajeros, así que cuando se inauguró la Interestatal, la gran mayoría de ellos tuvieron que cerrar.
Un breve paseo por la US Highway 385/ Main St. (hay dos Main St. en la ciudad, una en sentido norte/sur y la otra este/oeste) permite vislumbrar alguna joya de los días de gloria de la Carretera Madre en Vega, como la restaurada Magnolia Gas Station, construida en 1924 y cerrada en algún momento durante la década de 1970, coincidiendo con la obertura de la I-40.
Antigua postal de la estación de servicio Magnolia. Foto: https://66postcards.com/postcards/tx/TX080622.html
Cerrada durante décadas, una concienzuda restauración en 2004 devolvió a la Magnolia Gas Station su antiguo esplendor original. La gasolinera acogió la vivienda del propietario en el piso de arriba. Debido a la ampliación de la carretera, el dosel se tuvo que retirar, pero para la restauración se construyó uno de estilo similar, solo que más pequeño. Entre 1953 y 1965 el edificio también se usó como barbería.
En la parcela frente a Magnolia Station, se encuentra el edificio de Roark’s Hardware (1929), la ferretería en funcionamiento más antigua de la Ruta 66, y el pequeño Milburn-Price & Culture Museum, lleno de artefactos históricos de la comunidad local.
Milburn- Price Culture Museum
Un poco más al norte (donde Main St. se cruza con Main St. -la alineación anterior de la Ruta 66-) se encuentra el edificio de la sede del gobierno y Palacio de Justicia del condado, de estilo renacimiento clásico, construido cuando la sede del condado se trasladó de Tascosa a Vega, en 1915.
En Main St. con 12th St. hay otro pequeño museo para los que les gustan las historias sobre la Carretera Madre, el Dot’s Mini Museum, con una extraña colección de antigüedades, artefactos del oeste y rarezas de la Ruta 66 que Dot Leavitt comenzó a coleccionar en 1962.
Dot y Harold Levitt llegaron a Vega en los años cuarenta, compraron un edificio y en 1944 abrieron la tienda «Zero Lockers» en la antigua alineación de la Ruta 66 (ahora Main St.), que ofrecía sus productos frescos tanto a los lugareños como a los turistas y un espacio donde poder alquilar un congelador en un momento en que el uso este electrodoméstico no estaba generalizado en todos los hogares.
Cuando la interestatal pasó por alto Vega, la tienda, como hicieron tantos otros negocios, tuvo que cerrar, pero gracias a la determinación de Dot hoy se sigue disfrutando de su museo. Con el tiempo, Dot acumuló muchos recuerdos de la Ruta 66 y, en lugar de olvidarlos en algún trastero, decidió exhibirlos en un pequeño museo. Ella falleció en 2007, pero su hija Betty se mudó a Vega para administrarlo.
Ahora, en esa misma esquina de West Main St. con 12th St. hay una señal vertical que indica el final del tramo pavimentado de la antigua alineación de la Ruta 66.
A partir de ahí, solo grava…
El Dot´s-Mini-Museum-Vega, por dentro.
Esta antigua estación de servicio Texaco, en la entrada a Vega por la Ruta 66, ha tenido muchos dueños a lo largo de los años.
En la ultima alineación de la Ruta 66, hoy Vega Boulevard, todavía se puede ver en pie alguno de los clásicos negocios que invadían los márgenes de la carretera durante los años dorados de los viajes por esta carretera, como una antigua gasolinera Texaco abandonada, el Vega Motel, abierto en 1947, que se mantuvo en funcionamiento hasta hace poco, o el Roadrunner Drive-In, cuyo hermoso neón sigue llamando la atención del viajero. El pequeño edificio, que acogía una cafetería, permanece cerrado aunque no abandonado del todo pues recientemente se le ha aplicado una capa de pintura blanca.
Adrian – Midpoint Route 66
Adrian es un pueblo bastante pequeño que condensa todas sus atracciones en un pequeño tramo a lo largo de la Ruta 66. Empezando por la entrada este, lo primero que llama la atención a mano izquierda es una antigua estación de servicio de 1938, ahora abandonada, que era suministraba combustible para Texaco. El dosel plano con puntas redodeadas estilo Art Deco, era una de las señales identitarias de esa marca.
Un poco más adelante se encuentra una antigua gasolinera Philips 66 y el Bent Door Cafe.
A principios de los años 40, Tommy Loveless construyó el Kozy Kottage Kamp en Adrian, pero tanto la estación de servicio como la cafetería fueron destruidas por un incendio en 1947. Por su parte, Robert Harris, que trabajó allí antes de la Segunda Guerra Mundial, regresó del frente con la idea de construir una nueva estación de servicio / cafetería en ese mismo lugar, ya en manos de la familia Harris, que compró la propiedad tras el incidente.
En aquellos días, la cercana base de la Fuerza Aérea de Estados Unidos vendía excedentes de la guerra y Harris les compró puertas, ventanas y una torre de control que utilizó como reclamo para captar la atención de los automovilistas. El nombre oficial del negocio fue Tommy´s Cafe y Phillips 66 Station, aunque se le conoció popularmente como The Bent Door Cafe, por el ajuste inclinado de las puertas y ventanas.
El antiguo Bent Door Cafe, ahora cerrado y en desuso, fue una vez una bulliciosa parada turística en la antigua carretera. Muchas personas todavía se detienen para recordarlo y tomar algunas fotografías.
Al lado de la cafetería hay un edificio con forma de cabaña que fue antigua gasolinera Knox´s Philips Station que se conservó junto al Museo de Cultura Milburn – Price en Vega antes de trasladarse aquí, tal cual. Los propietarios del motel Fabulous 40 y Bent Door Cafe lo adquirieron y lo trasladaron a su hogar actual en Adrian. Es el Phillips 66 más antiguo (construido en la década de 1920) y también el más nuevo (llegó en 2016) de los tres de la ciudad.
ADRIAN´S MIDPOINT CAFE
Cuando Zella Crim abrió el Zella’s Cafe en 1928, la carretera todavía no había sido pavimentada. En los años 60, los nuevos propietarios ampliaron la estructura original, que ahora es la tienda de regalos, y lo llamaron Jesse’s Cafe. Fue entonces cuando adquirió el aspecto que tiene hoy. Más adelante, varios propietarios se hicieron con el local, lo convirtieron en el Midpoint Cafe… y le dieron una nueva vida…
Puede que sus famosas tartas caseras tengan algo que ver.
El gran letrero que ahora exhibe el Midpoint Cafe se trasladó hasta aquí después de que cerrara el Bent Door Cafe.
A finales de los 60 se construyó la circunvalación, el trafico se redujo enormemente y en 1970 el negocio tuvo que cerrar definitivamente. En 1995, Robert Harris escuchó que el café iba a ser derruido y volvió para alquilar la propiedad y abrir de nuevo el Cafe, pero murió sin que su proyecto se hiciera realidad. En 2006, Roy y Ramona Kiewert compraron el Bent Door con la idea de terminar la restauración que comenzó Bob y reabrir el negocio, aunque a día de hoy (2023), todavía sigue cerrado.
THE FABULOUS 40´s MOTEL
La experiencia en Adrian se puede redondear pernoctando en el histórico Fabulous 40´s Motel, que data de 1967 y se encuentra ubicado al lado del Midpoint Cafe.
El negocio estuvo cerrado durante varios años, pero fue restaurado completamente, incluyendo su impagable letrero, y abierto de nuevo en 2016, bajo la propiedad de Roy y Ramona Kiewert (los mismos que compraron el Bet Door Cafe
Las instalaciones son sencillas, pero no hay absolutamente nada que reprochar, todo lo contrario (incluso ofrecen un desayuno cortesía que resulta muy útil si uno tiene que salir pronto y el Midpoint Cafe permanece cerrado bastante más allá de las 8am que es cuando deberían abrir según su horario.
El histórico Fabulous 40´s Motel en Adrian, Texas, con los precios más razonables de toda la Ruta 66. Las reservas se hacen directamente por facebook.
El área donde se sitúa el Midpoint es relativamente pequeña, pero tremendamente fotogénica
Glenrio
La remota ciudad de Glenrio se convirtió en una parada obligada al estar situada entre las ciudades de Amarillo, Texas, y Tucumcari, Nuevo México, a una distancia lo suficientemente grande (para los coches de la época) como para que tuvieran que hacer un descanso entre ciudad y ciudad. O parabas en Glenrio o no lo hacías en ninguna parte.
Como tantas otras ciudades a lo largo de la Ruta 66, Glenrio creció con los viajeros de la Carretera Madre y murió en cuanto el tráfico disminuyó.
Glenrio, con su dramática sucesión de edificios abandonados, es el final de la carretera tanto en Texas como Nuevo México, ya que está justo en la frontera entre los dos estados. Tan solo queda un habitante, la viuda del propietario de un restaurante que fue asesinado en 1976…