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Boston: la Maratón de Boston
La Maratón de Boston es la maratón anual más antigua del mundo, organizándose sin interrupción desde 1897, un año después de la inauguración de los primeros los Juegos Olímpicos de la era moderna.
Aquel año sólo corrieron 18 personas.
Cuando la primavera llega a la ciudad, los bostonianos vuelven a llenar los parques y las orillas del río Charles, y con esa sensación de que todo vuelve a la normalidad tras un frío invierno, vuelve también la maratón más antigua del mundo.
Esta legendaria carrera se remonta a 1897 cuando John Graham, miembro del equipo olímpico de EE. UU. quiso rendir homenaje a los primeros Juegos Olímpicos modernos del año anterior organizando una maratón en el área de Boston. Con el tiempo se hizo tan popular que la organización tuvo que imponer un tiempo de clasificación para limitar el número de participantes
Desde luego, la maratón es uno de los filones que cada año atrae a miles de corredores de todo el mundo que vienen a Boston para cumplir su sueño de recorrer la mítica distancia de 42.195 metros en la más antigua de las maratones.
Y no importa si no vas a participar, la experiencia de ver pasar a los corredores y animarlos desde las aceras también es única.
El Maratón de Boston, con 30.000 corredores en cada edición, es uno de los seis maratones más importantes del mundo, los llamados «Six Majors», junto con Berlín, Nueva York, Chicago, Londres y Tokio..
calificación para la maratón de boston
Si tienes intención de correr la Maratón de Boston en un futuro, echa un vistazo a la página web para comprobar los tiempos de clasificación según los grupos de edad: https://www.baa.org/ . «Calificarte para Boston» te dará cierto derecho a alardear de estatus entre tus compañeros maratonianos.
Según la tradición, la maratón se celebra el primer lunes de abril, que conmemora el Día de los patriotas, una festividad que recuerda el aniversario de las Batallas de Lexington y Concord, consideradas como las que dieron inicio a la guerra de la independencia y que tuvieron lugar el 19 de abril de 1775.
Los atentados de 2013
El lunes 15 de abril de 2013, alrededor de las 14:50, detonaron dos artefactos explosivos de fabricación casera ( ollas rellenas de metralla) justo antes de la linea de meta en Copley Square que causaron la muerte de tres personas y heridas a otras 282.
Los terroristas fueron los hermanos s hermanos Tamerlán Tsárnayev y Dzhojar Tsárnayev. Tamerlán murió al ser abatido por la Policía mientras que su hermano menor intentó escapar del estado y tras varios días de persecución fue finalmente arrestado y procesado por el atentado, siendo condenado a pena de muerte bajo el sistema federal estadounidense.
Para saber lo que pasó durante aquellas dramaticas horas : Día de Patriotas (2016)
Dos mujeres valientes en la Maratón de Boston
Maratón de Boston de 1967. Una joven corredora con el dorsal 261 es atacada por uno de los organizadores, que intenta sacarla a la fuerza de la carrera por ser mujer. Un año antes, en 1966, otra atleta quiso enfrentarse a los que consideraban que las mujeres no eran fisiológicamente capaces de correr grandes distancias y se “coló” en la Maratón de Boston.
Probablemente conozcas mucho más la historia de Kathrine Switzer que, en 1967, se convirtió en la primera mujer en inscribirse en la maratón de Boston, aunque no fue la primera que lo intentó. El año anterior, Roberta “Bobbi” Gibb había sido la primera en participar de forma no oficial. Ninguna mujer había corrido jamás una maratón. Las dos desafiaron unas normas sexistas e injustas. Ambas cruzaron la línea de meta, las dos hicieron historia… La única diferencia es que una llevaba dorsal y la otra no.
Esta es la crónica de las gestas de dos mujeres que no se conformaron con ser valientes, sino que lucharon por cambiar la historia de la maratón y la vida de todas las corredoras del mundo.
Kathrine Switzer, asaltada por el director de la prueba Jock Semple
La primera mujer en correr una maratón
Ella sabía que eso no era cierto y se veía capaz de conseguirlo, aunque ni siquiera su entrenador confiaba en que fuera posible. Y es que en 1967 las mujeres no tenían permitido participar en muchas pruebas deportivas y la Maratón de Boston no era una excepción. En aquellos tiempos a la mujer se la consideraba incapaz de completar los 42 kilómetros corriendo.
Pero Kathrine estaba dispuesta demostrar al mundo que una mujer podría correr un maratón e hizo un pacto con su entrenador: si era capaz de conseguir correr esa distancia en un entrenamiento, él mismo la llevaría a Boston.
Y lo hizo.
Ahora sólo faltaba inscribirse en la carrera. Las normas de la competición no prohibían explícitamente correr a la mujer, simplemente no existía esa posibilidad, así que hizo la solicitud firmando como K.V. Switzer un nombre que fonéticamente sonaba masculino.
Cuando llegó a la zona de salida notó cómo el resto de participantes la miraban pero, lejos de molestarse o sorprenderse, le deseaban suerte.
Y fue así como, con el dorsal 261, una sudadera y unos pantalones largos se lanzó a las calles de Boston.
Hacia el tercer kilómetro ser valiente no fue suficiente. En una sociedad sexista y misógina, a las mujeres se les exige más. Uno de los directores de la carrera, Jock Semple, intentó sacarla por la fuerza, al grito de: ¡Fuera de mi carrera! ¡Dame ese dorsal! Otros corredores, su entrenador y su novio defendieron su derecho a seguir corriendo.
Esa escena fue captada por el autobús de prensa en una secuencia de imágenes que ha quedado para la crónica anecdótica del atletismo y para la historia del deporte femenino. Al pobre Semple le salió muy mal la jugada, no sólo no pudo sacar a Kathrine de la carrera sino que partir de ese momento, ella monopolizó toda la atención del autobús, que decidió seguirla.
Por ella misma, por todas las mujeres que no tuvieron la oportunidad de hacerlo y por el deporte femenino en general, Kathrine debía terminar la maratón.
Y el día 19 de abril de 1967, con los pies doloridos y llenos de ampollas, Kathrine Switzer traspasó la línea de meta. Tras 4 horas y 20 minutos, pasó a la historia como la primera mujer en correr una maratón con dorsal.
Su proeza dio la vuelta al mundo. Prácticamente sin quererlo, se convirtió en un icono del feminismo y de la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres.
Ahora volvamos a 1966. En febrero de ese año, ROBERTA “Bobby” GIBB, una joven deportista nacida en Boston presentó una solicitud de inscripción para la maratón de la ciudad que la vio nacer. En ese momento ella vivía en San Diego y su entrenamiento incluía más de diez kilómetros diarios, que corría sin problemas.
La carta que acompañaba el rechazo a su solicitud exponía, básicamente, que era fisiológicamente imposible que una mujer pudiera correr una maratón.
Ahora, lo que comenzó como un desafío personal se había convertido en una cuestión de orgullo: lejos de conformarse, se propuso correrla de todas formas.
En vísperas de la carrera, Bobby, pasó tres noches y cuatro días en un autobús desde California hasta casa de sus padres, en Boston. Y el día del Patriota de 1966, su madre le acompañó hasta la salida, en Hopkinton.
Vestida con unas bermudas de su hermano y con su pelo rubio escondido bajo una capucha, se calzó unas zapatillas de hombre y, sin permiso, una vez la mitad del pelotón ya se había puesto a correr, se unió al grupo. Los corredores rápidamente se dieron cuenta de que era una mujer y la apoyaron. A partir de ese momento, se quitó la sudadera y siguió corriendo con alivio.
Para entonces, la radio ya había empezado a informar sobre su progreso hacia Boston. Con el apoyo de corredores y público, Bobbi Gibb llegó a la meta con un tiempo de 3 horas, 21 minutos y 41 segundos. No sólo consiguió terminar la carrera, sino que ¡más de 2/3 de participantes llegaron tras ella!.
Maratón de Boston: Kathrine Switzer fue la primera mujer en inscribirse y correr una maratón – BBC News.
Maratón de Boston: Bobby Gibb, la primera mujer en completar una maratón. CBS Boston.
En 1968 ya fueron cinco las que corrieron la maratón y tuvieron que pasar otros 4 años más para que, oficialmente se permitiera a las mujeres competir en el maratón de Boston.
Hasta 1984 el maratón femenino no se reconoció como disciplina olímpica.
Hoy, el 45% de los participantes de la maratón de Boston son mujeres. Switzer y Gibb desafiaron las normas y despejaron el camino. Corrieron contra los prejuicios y vencieron, haciendo visible la discriminación a las mujeres.
Las dos cambiaron la historia de la maratón y de la vida de todas las corredoras del mundo.