Grand Canyon: Ruta de 27.7 km por South Kaibab Trail y Bright Angel Trail

Antes de empezar, hay que saber que el Servicio de Parques Nacionales desaconseja totalmente hacer esta ruta en un solo día, recomendando pasar la noche en Phantom Ranch o Bright Angel Campground antes de asumir el camino de vuelta… Y es que esta no es una caminata para principiantes… Para hacerla, es imprescindible estar en muy buena forma física, y no olvidar que durante el año se realizan muchos rescates de personas que se encuentran en aprietos.

No es necesario tener experiencia previa ya que no hay tramos exigentes a nivel técnico y el camino está bien señalizado, pero si que hay que tener aguante y bastante tolerancia a las grandes subidas. En verano también se tiene que estar preparado para soportar temperaturas extremadamente altas.

Se trata de un recorrido largo, en un entorno hostil, con calor, escasez de agua, y un desnivel acumulado muy grande. Además, hay que tener presente que la ruta se realiza de forma contraria a lo habitual, ya que empieza en descenso y el mayor esfuerzo se exige en el ascenso, al final del camino… Por tanto, es imprescindible la reserva de fuerzas para el último tramo de subida.

Se puede caminar por estos senderos en cualquier orden, pero hay varias razones para bajar por South Kaibab Trail y subir por Bright Angel Trail. En primer lugar, la primera parte de la ruta se suele realizar al amanecer y con reservas de agua en la mochila, por lo que la falta de agua en este sendero no es mayor problema. Sin embargo, en Bright Angel Trail, cuando la necesidad de agua es mas acusada, hay unas cuantas casetas para poder descansar en la sombra y fuentes donde reponer agua. Además, hay más senderistas, que pueden ser de ayuda en caso de necesidad. 

Otra razón, que no es menor teniendo en cuenta que el tramo final es agotador, es que el inicio del South Kaibab Trail se encuentra 122 metros más alto que el del Bright Angel Trail, con lo que hay un cierto ahorro de metros en la escalada final.

El comienzo del sendero se encuentra cerca de Yaki Point, en el Borde Sur. Dado que no hay estacionamiento en South Kaibab Trailhead, la mejor manera de llegar hasta allí es coger el Shuttle gratuito del parque. El que cubre la Ruta Kaibab (naranja) cubre en 10 m el tramo que va desde el Centro de visitantes hasta hasta el inicio del sendero. Su horario puede cambiar a lo largo del año, pero en general, el primer servicio de transporte es a las 5 a.m. durante los meses de verano y a las 7 a.m. durante los meses de invierno.

Los excursionistas experimentados que buscan vistas panorámicas incomparables y un acceso rápido al río Colorado, deberán considerar una de las caminatas clásicas del Borde Sur del Gran Cañón: South Kaibab Trail. Esta ruta es particularmente bella, con amplias vistas y  una continua y estimulante exposición a los múltiples tonos anaranjados del Gran Cañón… 

En verano, el sendero se presta al calor extremo sin que haya sombra donde refugiarse ni fuentes donde poder hidratarse. Tampoco ofrece demasiada protección para resguardarse de las tormentas pasajeras de verano. En invierno la ruta es asequible si se toma con tiempo… En esta época del año, hay que ir preparado por si hay hielo en el camino,  aunque es probable que esa misma exposición constante al sol mantenga la mayor parte del sendero relativamente libre de nieve. 

Empezamos tan pronto como el sol asoma sobre el horizonte rocoso para evitar al máximo la exposición al sol… Estamos en pleno agosto y el día promete ser caluroso…, así que cogemos uno de los primeros shuttles hasta South Kaibab Trailhead  y sobre las 7:15 am iniciamos el descenso…

La primera sección del South Kaibab Trail es la más compleja, no en cuanto a técnica, sino respecto al pronunciado desnivel y al enorme precipicio que nos acompaña en todo momento por la izquierda… Durante casi un par de quilómetros una serie de curvas empinadas descienden por debajo del borde… No es que sea peligroso, pues es lo suficientemente ancho como para no andar sufriendo, pero sí que hay que ir con cuidado con los tobillos y la irregularidad del terreno.

También hay que vigilar con no cometer imprudencias.  Este es un magnífico lugar para tomar fotos y no hay que despistarse ni hacer groserías con los selfies…

En unos escasos 20 minutos nos plantamos en OOH AAH POINT. Parece mucho tiempo para recorrer 1.6 km en bajada, pero la realidad es que disfrutamos de este maravilloso paisaje sin escatimar en paradas para tomar buenas fotografías…

En general, las vistas son excelentes a lo largo de todo el South Kaibab Trail, pero Ooh Aah Point, ofrece la primera gran vista panorámica del Gran Cañón.

Desde Ooh Aah Point seguimos bajando alegremente durante unos 800 metros más hasta el siguiente punto de control, CEDAR RIDGE, que alcanzamos a las 8:00 en punto. En este tramo no se comprometen demasiado las piernas, pues la bajada se suaviza.

La panorámica a estas alturas es simplemente espectacular… y la felicidad es inmensa. 

Las vistas siguen cambiando a medida que se va zigzagueando por las entrañas del cañón hacia SKELETON POINT, desde donde empieza a intuir la presencia cada vez más cercana del cauce del río Colorado ( aunque todavía no se puede ver ). Llegamos a las 8:40 h. con las fuerzas y la moral intactas. De momento no hace demasiada calor y no sudamos mucho, así que la demanda de agua es baja. Aún así, vamos bebiendo para ir hidratando el cuerpo antes que sea este quien pida el agua.

Nosotros proseguimos a un buen ritmo de bajada, deseando ver por primera vez el río Colorado…

El sendero va cambiando de fisonomía constantemente, siempre en descenso moderado…  Los quilómetros que hay entre Skeleton Point y TIP OFF ofrecen algunas de las mejores panorámicas sobre el Gran Cañón.  A este punto, el último antes de llegar al río Colorado, llegamos sobre las 9:30. 

En Tip Off hay una estructura que da sombra y brinda refugio en una de las zonas más expuestas al sol y al cansancio a lo largo del sendero. El Parque, cansado de recibir muchas llamadas de personas fatigadas o con problemas derivados del calor,  ha optado por colocar estratégicamente esta pequeña pero suficiente estructura que da cobijo al cansado excursionista, especialmente durante el verano. Además de cubierta anti rayos y bancos para descansar también dispone de un par de cisternas de agua NO POTABLE para que, quien lo necesite, se refresque.

Desde aquí se inicia un último y empinado descenso hasta el río Colorado, el verdadero objetivo de la caminata.

El cauce del río ya asoma claramente… Emociona verlo por primera vez, aunque sorprende su color. Durante los meses de invierno, el río puede tener un color verde brillante, pero en pleno verano el río arrastra sedimentos, con lo que suele adquirir un tono marrón bastante feo, la verdad… 

Y así, sin reservas de agua decidimos continuar la ruta, conociendo desde un punto de vista teórico la dureza del trazado, pero sin llegar a imaginar a estas alturas el suplicio que nos esperaría desde aquí hasta el primer punto de avituallamiento de agua, en Indian Garden, situado a casi 5 km de aquí.

La pendiente aumenta progresivamente mientras caminamos por una senda que serpentea entre arbustos, algún árbol aislado y un pequeño arroyo.  Es un paseo bonito, aunque sin las vistas panorámicas del South Kaibab Trail. La caminata es cuesta arriba pero no demasiado empinada, por lo que se puede mantener un buen ritmo de subida.  Y como las vistas no tienen nada de especial se toman muy pocas fotos y las paradas son escasas.

Si el desafío era complicado de por sí, ahora, con falta de agua, con el calor apretando valientemente, sin una sola sombra, en plena ascensión, con acusado cansancio y, sobre todo,  ignorando la distancia real que nos separaba de Indian Garden … pues la moral del grupo va decayendo poco a poco…  Lo que antes era alegría y felicidad, ahora es silencio, incertidumbre y alguna muestra de fatiga… más por calor que por cansancio… De golpe, nos hemos vuelto vulnerables.

Lo único que podemos hacer a estas alturas es ir remojando la cabeza en el riachuelo que nos acompaña en todo momento… y seguir andando a paso firme. Mientras vamos subiendo, unos excursionistas de manual nos ofrecen de su agua… Bajo su atenta mirada descubrimos que está tan mala como una infusión de basura, así que, disimulando, bebemos lo justo para no morir deshidratados. Supongo que al ver nuestra juventud (no la mía) y lo poco equipados que vamos, piensan que es una buena idea llamar a los servicios de emergencia. Nos negamos rotundamente. Solo nos faltaba un rescate de miles de dólares…   

No necesitamos comernos unos a otros para llegar, por fin, 1h 50m después de salir del río, a INDIAN GARDEN, hogar del pueblo Havasupai hasta que se estableció el Parque Nacional. Situado a unos 925 m por debajo del borde, este es un pequeño oasis dentro del cañón que, además de proveer de mesas de picnic y alguna sobra,  abastece de agua potable a los exhaustos excursionistas, de los que ahora mismo somos el mayor paradigma.

El momento en que hicimos realidad ese breve sueño de sentir el fluir del agua suave y fresca sobre nuestras gargantas es, literalmente, uno de los mejores de nuestras vidas… No sabemos lo buena y necesaria que está el agua hasta que no la echamos de menos…

Son las 13:50 y decidimos que es este es un buen lugar para parar un buen rato y reponer fuerzas bajo la sombra de algún árbol. En cuanto a la comida, resulta que los bocadillos de sobrasada con queso que compramos en un supermercado la noche anterior (era lo único que había) son, siendo generosos, repugnantes… Aún así, los acabamos los comemos, aunque solo sea por tener algo en el estómago,…

Así que cansados, extenuados,… con el paladar herido de muerte,  pero con la alegría de haber superado sin más dramas el tramo más complicado a nivel de hidratación…  iniciamos el ascenso final, que promete ser emocionante…

Solo nos quedan unos 7.7 km hasta el borde.

A partir de Indian Garden, las vistas se abren un poco más y se empiezan a ver muchos más senderistas. Hasta ahora habíamos caminado prácticamente solos y la sola presencia humana nos da algo de seguridad.

A las 15 horas llegamos a THREE MILE RESTHOUSE, cuyo nombre indicará a los más perspicaces lo lejos que estamos del final de nuestra agónica aventura… De manera similar al refugio anterior, dispone de baños, una fuente y un pequeño cobertizo donde poder guarecerse en caso de tormenta.

«Solo» quedan 3 millas (4,8 km) para llegar al inicio del Bright Angel Trail desde el borde, el  final de nuestra aventura por las entrañas del Gran Cañón.

Después de una breve pausa de hidratación  para recuperar un poco de aliento seguimos…

Estas 3 últimas millas son asesinas… A estas alturas el sendero se llena de una aparentemente interminable serie de curvas cerradas y muy pronunciadas. La mayor parte de la elevación del sendero se produce en estos últimos quilómetros. Arden los muslos, los pulmones, la cabeza… el agua almacenada en nuestro cuerpo se consume rápidamente… Ahora mismo parece que todas las fuerzas del mundo nos hayan abandonado. 

El camino es ancho y muestra amplias y espectaculares vistas del cañón, dando buena fe de lo lejos que venimos.  Por delante, la pared de piedra que tenemos que ascender casa vez se muestra más imponente…

Aquí es habitual el paso de mulas aunque no vemos ninguna, seguramente porque no son las mejores horas en cuanto a temperatura. 

Aunque tenemos la sensación que nos vamos arrastrando, puede que pese a todo, no llevemos un ritmo tan malo. Y es que sorprendentemente vamos avanzando a muchos de los excursionistas que solo cubren esta última/primera parte del sendero… Nos saludan simpáticamente ignorando el hecho de que llevamos desde las 7 de la mañana dando vueltas por el Gran Cañón.

A buen ritmo, nos plantamos en 1.5 MILE RESTHOUSE, donde bebemos algo más de agua. En unos minutos atravesamos el Lower Tunnel y tras un par de giros, también el Upper Tunnel que está a las puertas de la cima… Finalmente, sobre las 16:30h llegamos a Bright Angel Trailhead…

Hemos completado toda la caminata en 9 horas y 15 minutos, incluyendo el tiempo para tomar fotografías, disfrutar de un baño en el arroyo junto al Bright Angel Campground , comer y usar el baño. Orgullosos de nosotros mismos, disfrutamos por última vez de las vistas mientras celebramos el final de la epopeya…

Desde aquí nos subimos al Shuttle que nos lleva de regreso al Centro de Visitantes, donde dejamos el coche a primera hora de la mañana… De noche, ya en el hotel, y después de una larga ducha caliente, disfrutamos de una buena cena acompañada, en mi caso, con un buen vaso de Pepsi rebosante de cubitos… 

Definitivamente, esta caminata es una de las mejores maneras de experimentar de forma completa el Gran Cañón, pero se tiene que hacer no solo a base de piernas, sino utilizando también la cabeza, siempre siguiendo los consejos de las autoridades, muy acostumbradas a rescatar a los excursionistas que, por una causa o por otra, no pueden seguir adelante… 

Yo, Xavi, que soy el adulto y el instigador de toda esta locura, me he basado en el buen estado de forma y de salud de cada uno de nosotros para subestimar la dureza del recorrido teniendo en cuenta la época del año en la que se había previsto.  Y no solo eso, la subida la hemos hecho entre las 12 y las 16:30, las horas más calurosas del día, obviando el hecho de que en un entorno tan cálido y seco como este, la insolación y la deshidratación son complicaciones que hay que tomarse muy en serio…

No es tanto la dificultad de la ascensión como del hecho de haber menospreciado el calor y no haber previsto más agua y/o bebidas ricas en sales minerales para combatirle… Es evidente que si uno quiere completar la ruta en un solo día tiene que lidiar con el calor y estar preparado para afrontarlo, pero en un contexto tan hostil como este la realidad es mucho más dramática que la teoría. Y la verdad es que «pinchamos» con las reservas de agua… lo que pudo salirnos caro a nivel de salud. 

Completar esta ruta de 27 km en un solo día y en pleno verano, va en contra de todo sentido común… pero a veces en la vida hay que cometer pequeñas «locuras» para pintarla con un poco de color… Y es que el día que miremos atrás en la vida, no vamos a reflexionar sobre nuestros logros materiales, sino sobre las cosas que nos hicieron sentir vivos y aquellas experiencias que nos pusieron a prueba…