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OKLAHOMA (2) : Catoosa. Visitando la Ballena Azul. Km 1.202
A las puertas de Tulsa, Catoosa es una parada obligada, aunque sólo sea para echar unas fotos a una de las sonrisas más reconocibles de la Carretera Madre…
Catoosa
Catoosa: Población: 7.510 (2023). Altura: 204 m. Condado de Rogers. Zona horaria: Central (CST): UTC menos 6 horas. Verano (DST) PDT (UTC-5).
Un poco de historia de Catoosa
El primer asentamiento «blanco» en este territorio Cherokee vino de la mano del Ferrocarril, a principios de la década de 1880. En seguida se convirtió en un importante pueblo ganadero, pero cuando se encontró petróleo en el área de Tulsa, el progreso y la expansión se trasladaron a la vecina población, iniciando un declive que culminó en un incendio que en 1903 destruyó casi toda la ciudad.
La llegada de la Ruta 66 dio un nuevo impulso a Catoosa, una pequeña localidad que por entonces contaba con poco más de 600 habitantes. Con la nueva carretera atrayendo a miles de viajeros, se abrieron muchos negocios para atender a los visitantes y la población local se duplicó. Para cuando la Ruta 66 se convirtió en una carretera de cuatro carriles, el puente que en 1936 se construyó sobre el río Verdigris para acoger el tráfico en ambas direcciones, ahora, en 1957, lo hacía para resolver el tráfico en dirección oeste, mientras que se levantaba un segundo puente para asumir la circulación en dirección este.
En 1971, se abrió un puerto interior, el más grande y más alejado del mar en Estados Unidos. Su parque industrial genera para la zona numerosos puestos de trabajo, dándole a la ciudad un respiro económico que continúa hasta nuestros días. Hoy, CATOOSA es una pequeña y próspera ciudad dormitorio al este de Tulsa que hoy acoge a más de 7000 personas, muchas de ellas trabajadoras de Tulsa.
LOS PUENTES GEMELOS , CATOOSA
Entre Claremore y Catoosa había, hasta no hace mucho, dos enormes puentes con varias armaduras de acero que cruzaban el río Verdigris (ahora Bird Creek River). El primero se construyó en 1936 y el segundo lo hizo en 1957, cuando la carretera se convirtió en una vía de cuatro carriles.
Aunque no eran iguales, a los puentes se les conoció popularmente como los Twin Bridges o, a nivel local, como «Félix» y «Oscar», y durante mucho tiempo, fueron el punto de mira de la cámara de no pocos viajeros aficionados a la fotografía.
En 2011 eso cambió. Ese año, el estado de Oklahoma se vio obligado a retirar y reemplazar el puente en dirección oeste (el de 1936) debido a su mal estado. Su vieja armadura central se reubicó a la entrada del cercano Restaurante Molly’s Landing y otras dos fueron trasladadas a la entrada del Rogers Point Park, junto al tramo en dirección este de Twin Bridges.
Una década después de este primer desmembramiento se está valorando qué hacer con el puente de 1957 ya que tampoco cumple con los estándares modernos de seguridad.
Las alternativas son el reemplazo o la rehabilitación.
Imagen obtenida antes del desmantelamiento de ambas estructuras. El puente original se construyó en 1936. En 1957 se construyó otro (el de la derecha de la imagen). https://www.flickr.com/photos/spicpix/6818841165
En primer plano, el puente de 1957, que sigue el sentido este. Al fondo a la derecha de la imagen, la entrada al Molly´s Landing, con el puente desplazado de 1936. En sentido oeste ya no queda ningún puente. Imagen: google maps.
La Ballena Azul de Catoosa
Hugh Davis construyó la Ballena Azul de Catoosa como regalo de aniversario de bodas a su esposa Zelta. Con ella quiso recompensar su amor por ella y su pasión compartida por los animales.
Originalmente instalada en una propiedad privada, las agradables aguas del lago donde se posó y su llamativa sonrisa pronto llamaron la atención de los viajeros y de las familias de la zona, que la convirtieron en una atracción muy popular.
Hoy, más de cincuenta años después de terminarse, este cetáceo de 25 metros de largo sigue siendo una de las atracciones más reconocibles a lo largo de toda la Ruta 66. Y aunque ya no se exhiben animales ni se permiten chapuzones en el agua, se anima a los visitantes a darse un paseo por las instalaciones y capturar con nostalgia los buenos recuerdos del ayer.

La adorable Ballena Azul de Catoosa, que después de muchos años sigue recibiendo al visitante con una gran sonrisa, es una de las atracciones más queridas de la Ruta 66. Un icono de la Carretera Madre nacida del amor de un hombre por su esposa y su comunidad.
Entrando a la ciudad de Catoosa por el este, más allá de los puentes gemelos, se encuentra la que siempre ha sido un de las atracciones favoritas de los viajeros de la Carretera Madre: la siempre sonriente BALLENA AZUL, concebida, a principios de los 70, como regalo de Hugh Davis a su esposa Zelta, una apasionada coleccionista de figuras de estos grandes cetáceos, por su 34º aniversario de bodas
Aunque en un principio el apartadero junto a la carretera donde se construyó era una propiedad privada, pronto se convirtió en una atracción muy popular… Así, Davis colocó mesas de picnic, contrató socorristas, puso barcas en el agua, creó un terrario alojado en una especie de arca de madera… y lo abrió al público en general, tanto a los lugareños como a los viajeros de la Ruta 66.
Esta es su historia…
Hugh Davis y Zelta Vitura Whitlock
Hugh Davis siempre estuvo rodeado de animales. A finales de los años 20 entró en el recién fundado zoológico de Tulsa, donde trabajó durante 36 años, los últimos 31 como director.
Y entre los corrales y estanques de este zoo floreció el romance entre Hugh y Zelta Whitlock.
Casi al mismo tiempo en que Hugh y Zelta compraron una propiedad a las afueras de Catoosa, el cuñado de Hugh, Wayne Henry «Chief Wolf Robe» Hunt, un indio Acoma conocido por sus pinturas y por ser un orfebre cualificado, andaba buscando una ubicación para una abrir un puesto comercial junto a la carretera. Con ese fin, las dos familias decidieron asociarse y abrir el CATOOSA INDIAN TRADING POST cerca de la casa de los Davis.
Más adelante, cuando la Ruta 66 partió la propiedad por la mitad, Hugh y Zelta decidieron vender su parte del negocio al jefe indio y construir algo nuevo al otro lado de la carretera…
El futuro empezó a tomar forma en los 60, poco después de que se jubilara Hugh. Cuando este dejó de trabajar, la pareja dedicó todos sus esfuerzos a desarrollar proyectos relacionados con la naturaleza salvaje. Aprovecharon el estanque que había en su propiedad para abrir una instalación (una especie de arca de Noé de madera) destinada a la cría y exhibición de reptiles y anfibios a la que llamaron A.R.K (Reino Animal Reptil).
Luego crearon el Nature´s Acres, con caimanes, animales de granja y senderos naturales. Los residentes de la zona lo llamaron simplemente Catoosa Alligator Ranch,
Todo salió bien hasta que un dia, un caimán desapareció. El desorientado reptil fue capturado meses después por dos adolescentes de Tulsa que cazaban conejos a orillas del río Verdigris.
Fue entonces cuando la pareja decidió que los caimanes tenían que marcharse. Los animales fueron soltados en un pantano de Arkansas y Nature’s Acres se convirtió en un estanque donde el chapuzón se cobraría a cincuenta centavos. Así nació la atracción que completó el parque, el Fun and Swim Blue Whale, que se convertiría en el hogar de la sonriente Ballena Azul de Catoosa
A principios de los 70, a Hugh se le ocurrió sorprender a su esposa Zelta por su 34 aniversario de bodas. A Zelta se fascinaban los cetáceos y tenía una gran colección de figuritas de todo tipo de ballenas, así que decidió construir para ella una ballena azul gigante, a la que situó en el borde del estanque.
Su construcción contó con la colaboración desinteresada de su amigo Harold Thomas, un soldador que le ayudaría a completar la estructura interior de hierro de la enorme criatura de 6 metros de alto y 25 de largo. Juntos tardaron dos años en construirla, y para cuando a aquella enorme criatura. Y al finalizarse en 1972, Hugh ya tenía 72 años y sufría de una artritis paralizante.
Zelta Davis nunca sospechó de los planes de Hugh: «Comenzaron a poner toda esas tuberías en el lago. Hugh sabía exactamente lo que iba a construir, pero no me lo dijo. Si le preguntaba, simplemente sonreía y me decía: ‘Estoy trabajando en eso», dijo en una entrevista en 1997. También describió a la ballena como el mejor regalo de aniversario de bodas que jamás había recibido: “Me encantaban los animales”, explicó. “Mi esposo, Hugh, quería regalarme el animal más grande que había. Y me dio la ballena”.
Los años dorados
Resultaba difícil esconder la enorme ballena de las miradas curiosas de los que no dejaban de preguntarse qué demonios era aquello. Aunque en un principio se trataba de una propiedad privada, había quien se colaba para disfrutar en silencio del estanque y de sus agradables aguas.
Las demás atracciones continuaban abiertas, así que los lugareños comenzaron a disfrutar de Blue Whale durante el verano de 1972 incluso antes de que se pintara de azul. Su amplia sonrisa y su espíritu juguetón en seguida capturó los corazones y la imaginación de todos los niños que querían saltar de su cola, deslizarse por toboganes y mirar a través de los agujeros de su cabeza.
Durante todo el tiempo que duró la construcción de la Ballena Azul de Catoosa, Zelda no supo nada del plan de Hugh.
Finalmente, y por decisión de Zelta, la Ballena se pintó de Azul. En cuanto cogió un poco de color, la llamativa obra fue visible desde la carretera, por lo que pronto llamó la atención de los viajeros de la Ruta 66.
Con el tiempo, Davis trajo toneladas de arena para crear una playa artificial, contrató a socorristas, puso barcas en el agua, colocó mesas para que la gente pudiera comer mientras se bañaba y abrió la nueva atracción al público, consolidándola como un lugar muy popular.
Los que siguieron fueron años en los que niños de todas las edades, cautivados por el tamaño, la sonrisa y el llamativo color de la Ballena acudían en masa para acceder a su boca abierta y deslizarse por sus aletas/tobogán o para saltar en trampolín hacia las frescas aguas del estanque.
La cabeza, coronada con una desconcertante gorra, tenía en su parte superior unas claraboyas por las desde su interior podían observar el panorama.
Mientras tanto, las familias disfrutaban de un entorno divertido y seguro, con mesas de picnic, arena artificial para tomar el sol y las barcas proporcionadas en Nature’s Acres.
Durante los 16 años siguentes, la sonriente ballena se convirtió en uno de los lugares más reconocibles de la Ruta 66… Sin embargo, se avecinaban tiempos difíciles. El éxito de la gran Ballena Azul duró muchos años, pero al final, la luz que una vez brilló en Catoosa, acabó por apagarse. Y es que en 1988, obligado por su delicada salud, Hugh tuvo que cerrar el parque acuático…
Cierre y deterioro
En 1988, los Davis no pudieron seguir administrando la atracción. Hugh tenía 78 años y una artritis incapacitante. Esto, unido a la pérdida de visitantes, en parte debido a la generalización del uso de piscinas en las casas particulares, hizo que la familia cerrara la vieja atracción. Cuando Hugh murió dos años más tarde, el parque, a expensas del clima, el abandono y los actos vandálicos, por lo que se deterioró rápidamente. Sin mantenimiento, la pintura se desmoronó lentamente, la naturaleza de apoderó del paisaje y el estanque se volvió turbio. Las instalaciones se degradaron y todo lo que podía ser robado, fue robado.
A pesar del deterioro, la Ballena Azul de Catoosa nunca desapareció del todo. Había dejado de ser una atracción, pero pasó a convertirse en un lugar de culto para muchos viajeros nostálgicos de pasado olvidado de la Ruta 66, que deseaban contemplar quién sabe si por última vez, su tierna sonrisa.
Resurgimiento
En 2001, mientras todo esto sucedía, Zelta Vitura Whitlock Davis murió a la edad de 81 años.
En verano de 2011, la Ballena Azul recibió una nueva capa de pintura, devolviéndole su antigua sonrisa. Restaurada y pintada de nuevo con su azul brillante original, volvió a abrir al público, incluyendo también el área de picnic, que también fue renovada.
Presente y futuro
Aunque la Ballena Azul no ha vuelto a lucir tanto como cuando abrió, sigue conservando parte del atractivo que la hizo tan popular y, desde luego, sigue siendo un lugar digno de ver.
Desafortunadamente, el arca donde se alojaba el terrario no formó parte del proyecto de restauración, así que se abandonó a su suerte. Aún así, sus restos, aunque deteriorados, todavía permiten imaginar como era este lugar cuando era el destino favorito de las excursiones de la escuela local.
Hoy en día, es un destino muy popular para los turistas que viajan por la histórica Ruta 66 que buscan una oportunidad para tomar fotos y disfrutar de una pieza peculiar de la cultura popular.
El resurgimiento de la Ballena Azul de Catoosa es una tendencia cada vez mayor en atracciones y pequeños pueblos a lo largo de la Ruta 66, con cientos de voluntarios que trabajan desinteresadamente para preservar una parte importante de la historia y ofrecer algo de nostalgia a las nuevas generaciones.
La sonriente Blue Whale de Catoosa, coronada por una divertida gorra blanca. A la izquierda, lo que queda del Animal Reptile Kingdom (las siglas ARK todavía se pueden ver en la proa del arca), donde se exhibían todo tipo de reptiles. Fotografías cortesía de Brent Moore, en Flickr: https://www.flickr.com/photos/brent_nashville/52315025957/in/photostream/
Por suerte, el final de la Ballena Azul todavía no ha llegado. El regalo que Hugh Davis construyó hace ya muchos años para su esposa continua vivo gracias a la nostalgia y generosidad de un grupo de ciudadanos concienciados.
A día de hoy, los curiosos se siguen deteniendo en Catoosa, pero las almas románticas siempre la querrán por lo que es, una enorme muestra de amor, un gran corazón azul, compartido por dos almas que fueron de la mano hacia donde se encontraba la vida salvaje.
El jefe indio Wolf-Robe Hunt dirigió el antiguo ARROWOOD TRADING POST, que sigue abandonado, vacío y decadente, al otro lado de la carretera.
El puesto comercial se abrió en los 50 como ‘Chief Wolf Robe Hunt Trading Post’, luego pasó a llamarse ‘Catoosa Trading Post‘, más adelante se convirtió en el ‘Arrowood’s Indian Arts and Silverworks‘, y, finalmente, reabrió como ‘Arrowood Trading Post‘, que es el nombre que reza el letrero actual.
El Arrowood es otro ejemplo de la cultura de los 50 en la Ruta 66 que puede desaparecer para siempre. Google Maps
Más allá de la Ballena Azul …
Otro de los atractivos imperdibles en Catoosa es el D.W.CORRELL MUSEUM, en el 19934 de East Pine Street. D.W.Correll acumuló una ecléctica y extraña colección de piezas que hoy conforman este variopinto museo en el que se pueden encontrar cosas tan diversas como automóviles antiguos pacientemente restaurados por él mismo, un muestrario de rocas y minerales, un insólito surtido de botellas de licor cuya pieza central es un juego completo de ajedrez hecho con botellas de whisky, u otros objetos históricos, como un valioso surtidor de gasolina Texaco.
Seguimos nuestro particular periplo por la Ruta 66 en dirección oeste hacia Tulsa, la ciudad natal de Cyrus Avery, impulsor de la Ruta 66, que dispone de un importante legado histórico, conservando antiguas estaciones de servicio, hoteles, teatros y edificios Art Deco.
Enlaces Externos
- https://www.theroute-66.com
- Theroadwanderer.net
- Route66times.com
- National Register of Historic Places : nps.gov
- 66PostCards