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ARIZONA (4): Meteor City / Meteor Crater / Two Guns / Twin Arrows. Km 2.905
Meteor City
En realidad, Meteor City no es una ciudad, más bien una atracción que se hizo muy popular durante los buenos tiempos de la Ruta 66. Unos días en los que el borde de la carretera se podía ver el atrapasueños más grande del país, así como un enorme mapa de 9 metros de la Ruta 66.
Meteor City: Población: 0 (2024). Altura: 1.534 m. Está ubicada en el condado de Coconino. Zona horaria: Mountain (MST): UTC -7. Verano (MDT): UTC-6.
Puede que, hoy en día, el Meteor City Trading Post no se parezca mucho a la popular atracción que fue durante los buenos tiempos de la Ruta 66, cuando los turistas llegaban en masa para comprar recuerdos y tomar un refresco mientras los niños jugaban en el teepee de hormigón, pero todavía mantien.
Un poco de historia del Meteor City Trading Post
En 1938, Joe Sharber abrió una gasolinera Texaco en Meteor City. Jack Newsum (apodado «Jack el Solitario») compró la propiedad en 1941 y agregó una tienda para que los turistas, de camino al cráter, pudieran detenerse y comprar recuerdos y algo de comer.
Newsum puso un letrero al borde de la carretera, en los límites de la ciudad, que rezaba «Meteor City. Población 1». Cuando se casó en 1946, actualizó el letrero para que pusiera «Población 2».
Tras la muerte de Jack, Goldie, su esposa, vivió con su madre y borró el número 2 por temor a lo que haría la gente si supiera que había dos mujeres viviendo solas.
En 1979, el edificio rectangular original fue reemplazado por una cúpula, que se quemó en 1990 y fue reemplazada por la estructura actual.
En 2001, cerró brevemente, reabriendo ese mismo año con los nuevos propietarios, Richard y Ermila Benton. A pesar de sus esfuerzos, los Benton pusieron a la venta el puesto comercial con un precio inicial de 150.000 dólares, pero nadie lo compró, así que, en 2012, el puesto comercial cerró, aparentemente para siempre…
Su decadencia, acelerada por el clima y la soledad del desierto, era más que evidente. Las pinturas que una vez fueron pequeñas obras de arte se desvanecieron, dentro de la cúpula, las ventanas y las puertas estaban destrozadas, los graffitis cubrían las paredes y los escombros inundaban el terreno. El cazador de sueños se transformó en un andrajo y la pared con el mapa de la Ruta 66 se había derrumbado.
El puesto comercial de Meteor City estaba condenado a la demolición,… hasta que una pareja de Jefferson, Indiana apareció en escena.
Joann y Michael Brown, pasaron la mayor parte de su infancia en California y viajaban regularmente por la Ruta 66 para visitar a familiares y amigos. Pensaron que sería una buena oportunidad establecerse en el interior y después de buscar propiedades por Arizona, Nuevo Mexico o Texas, finalmente, se quedaron con el Meteor City Trading Post en 2016, cuando estaba a punto de ser demolido.
«sentimos un profundo amor por la Ruta 66, y cuando visitamos Meteor City, sabíamos que teníamos que hacer una oferta por la propiedad lo antes posible «
Los nuevos propietarios tienen grandes planes para este negocio. Los Brown quieren que el Meteor City Trading Post actúe como una cápsula del tiempo que rinda tributo a su historia. Gracias a los esfuerzos de esta pareja, un clásico americano de la Ruta 66 parece que puede tener una nueva oportunidad.
Meteor Crater
Justo después de Meteor City se encuentra el METEOR CRATER, o Crater Barringer, el crater meteorolítico más grande de la tierra.

Meteor Crater. Por 25 centavos, los viajeros podían asomarse a la torre de observación y ver el cráter a través de un telescopio.
Hace aproximadamente 50.000 años, un objeto de unos 50 metros de largo que viajaba a unos 12.000 km/seg, impactó contra la superficie de la tierra con una fuerza equivalente a unas 150 bombas atómicas como la de Hiroshima. La colisión dejó un enorme socavón de 1.2 km de diámetro y 170 de profundidad.
El primero en sugerir que aquel cráter era producto del impacto de un meteorito fue D.M Barringer, un ingeniero de minas de cierto prestigio que, al ver en ello una oportunidad de negocio, fundó la Standard Iron Company con el propósito de perforar el cráter y encontrar los minerales que formaban el meteorito. También construyó un mirador para que los muchos viajeros que circulaban por la US-66 pudieran ver el cráter sin tener que recorrer los 10 km adicionales hasta allí.
Los descendientes de Barringer fundaron la Barringer Crater Company para la conservación del cráter, convirtiendo el lugar en una zona de recreo que incluye el Meteor Crater & Barringer Space Museum, un museo donde aprenderlo todo sobre el cráter meteorolítico mejor conservado del mundo
METEOR CRATER & BARRINGER SPACE MUSEUM.
Desde 1964 a 1972 la NASA estuvo entrenando aquí a sus astronautas del programa APOLLO. En la entrada de la tienda de regalos del museo podrás ver una cápsula espacial cedida por la NASA.
Entrada: $22 por adulto ( a través de la web, $20). Abierto cada día de 8 a 17h. https://meteorcrater.com
METEOR CRATER, Interstate 40, Salida, 233, Winslow, AZ
En un poco más de 20 km, después de haber ingresado de nuevo en la I40/US-66 se puede visitar un pueblo abandonado del que sólo queda el nombre, unas cuantas ruinas y un pasado siniestro…
Two Guns
Es fácil pasar por Two Guns sin darse cuenta de que está allí, junto a la salida 230 de la I-40. Sus restos, hoy los de un poblado fantasma del que solo quedan los marcos desnudos de una destartalada gasolinera, las ruinas de un antiguo puesto comercial, el recuerdo de un antiguo zoológico… y una sórdida historia pasada…, se funden con el polvoriento paisaje desértico que lo rodea.
Basta un breve paseo para notar que las sombrías historias que alimentan la maldición de Two Guns permanecen en cada uno de sus rincones. El sitio tiene un extraño e inquietante atractivo, que aumenta significativamente una vez se conoce su pasado.
EL NOMBRE: TWO GUNS
William Surrey Hart (1864 – 1846) fue una estrella del cine mudo que participó en unas 70 películas rodadas entre 1914 y 1925. Su papel de «Two Gun Bill» tenía fama mundial. Henry Miller aseguraba que en su día había trabajado con Hart y adoptó su nombre para el pueblo como homenaje al actor.
Un poco de historia …
Two Guns exige una visita. El ahora pueblo fantasma tiene una historia asombrosa cuyo primer episodio se remota a mediados del s.XIX, con la masacre del Apache Death Cave, y finaliza con la construcción de la Interestatal, que acabaría abruptamente con las esperanzas de los negocios en el asentamiento.
Entre uno y otro, venta de cráneos humanos, un asesinato, ataques de monstruos de Gila y algo de turismo.
Y es que el puesto comercial original aprovechó la magnífica ubicación junto al desfiladero de Cañón Diablo, así como y la leyenda de «Two Guns» Miller para prosperar como parada turística durante los días de gloria de la Ruta 66.
De todo aquello ya no queda casi nada, apenas unas pocas ruinas de piedra y un magnífico puente de piedra de 1915 que figura en el Registro Nacional de Lugares Históricos. Aún así, todavía hoy sigue atrayendo a unos pocos aficionados a la fotografía y a las historias oscuras.
Situado a unos 50 km al oeste de Flagstaff, la zona donde ahora se hallan las ruinas de Two Guns fue habitada por los indios nativos hasta que los colonos blancos reconocieron que era un lugar ideal para cruzar Canyon Diablo ( primero en carro y más adelante en automóvil ).
En 1880, a unos 5km al norte se estableció una ciudad ferroviaria llamada Canyon Diablo que se convertiría en una ciudad fantasma incluso antes de que naciera Two Guns. De aquel asentamiento hoy, solo queda un puente ferroviario que atraviesa el cañón y un cementerio solitario.
En 1912 abrió la National Old Trails Road y tres años más tarde se construyó un puente de hormigón sobre Canyon Diablo Creek para abrirlo al tráfico.
Earle Cundiff y su esposa, Louise, tenían grandes planes de vida cuando compraron unas 130 hectáreas de tierra en la década de 1920. Una parcela que incluía Canyon Lodge, una tienda a pie de carretera para viajeros, pastores de ovejas e indios que Daniel B. Oldfield y su esposa habían abierto en 1914. Allí, en el lado oeste del Cañón, construyeron un edificio de piedra para un puesto comercial, un restaurante y un surtidor de gasolina.
En 1925, Henry Miller alquiló parte de las tierras a los Cundiffs y se hizo cargo del puesto comercial, que pasó a llamarse «TWO GUNS«. Miller afirmaba ser un Apache de pura sangre y se promocionó a los turistas como el «Jefe Crazy Thunder». El negocio, con la ayuda de su esposa y de los indios Hopi de la zona, evolucionó a lo largo de los años y llegó a incluir un “zoológico” con pumas, panteras, linces y otros animales del desierto.
Además, Miller explotó comercialmente una cueva cercana a la que llamaban Apache Death Cave, de la que se decía, que años atrás, 42 indios Apache habían muerto quemados en un enfrentamiento tribal con los Navajo. Miller encontró y limpió los huesos de los indios para venderlos como souvenirs. También construyó ruinas falsas, colgó un poco de luz eléctrica y rehabilitó el espacio para que luciera como atracción turística.
APACHE DEATH CAVE
Cuenta la leyenda que, en 1878, un grupo de apaches atacó un campamento navajo situado en el cercano Desierto Pintado, asesinando a más de cincuenta hombres, mujeres y niños de la tribu, y tomando como rehenes a tres niñas que sobrevivieron a la masacre.
Cuando los líderes navajos se enteraron del ataque, enviaron a 25 hombres para vengarlo. Estos siguieron el rastro de las huellas de los apaches y bloquearon las fronteras de la región, aunque les perdieron la pista.
Al cabo de un tiempo llegaron noticias de que otro campamento Navajo cercano había sido asaltado. De nuevo, se enviaron exploradores, pero esta vez con más suerte. Descubrieron una fogata Apache en una cueva justo debajo de ellos. Una caverna lo suficientemente grande como para acoger a un numeroso grupo de indios Apache y sus caballos.
Los exploradores regresaron con la noticia de su hallazgo y los navajos se dirigieron hacia allí con sed de venganza. Reunieron arbustos, ramas,… cualquier cosa que pudiera arder, y prendieron fuego a la entrada de la cueva. Conscientes del ataque, mientras el humo entraba en su escondite, los apaches sacrificaron a sus caballos para utilizarlos como barrera para sellar la entrada. Con el agua que tenían intentaron sofocar las llamas.
Un apache escapó de la cueva y suplicó clemencia. Cuando los navajos le preguntaron por las tres niñas capturadas, el apache vaciló y confirmó los peores temores de los navajos: las niñas ya habían muerto. Enfurecidos, agregaron más leña al fuego, llenando la caverna de humo y sonido de muerte. Al día siguiente, los navajos atravesaron la barrera de caballos carbonizados y encontraron los cuerpos abrasados de 42 apaches.
Las ruinas de la entrada a la Apache Death Cave. Por encima del desfiladero aún se conservan los restos de alguna estructura de piedra. Las rampas y escaleras de madera que alguna vez condujeron a la cueva están enterradas bajo la runa.
En 1926, la vieja National Old Trails Road se transformó en la flamante nueva Ruta 66 y TWO GUNS se convirtió en una de sus muchas paradas turísticas. Por su parte, Miller no tuvo demasiado tiempo para disfrutar de los beneficios del aumento de tráfico. Cuenta la leyenda que, ese mismo año, en una acalorada disputa por los términos del contrato de arrendamiento, Miller disparó ( … y mató ) a Cundiff a sangre fría.
Sorprendentemente (la víctima iba desarmada… ) fue absuelto cuando el jurado dictaminó que el acto fue en defensa propia. Al volver a Two Guns, Miller fue mutilado por un puma en dos ocasiones y mordido por un lagarto venenoso de Gila, que lo hizo enfermar y abandonar la tienda.
En 1929, un gran incendio arrasaría el puesto comercial. Cuando la viuda Cundiff trató de probar su propiedad sobre las tierras, Miller se negó a reconocérselas, alegando una descarada mentira: que la tierra era suya porque él estaba allí antes que ellos. Los 15.000$ en acciones judiciales no le sirvieron de mucho, pues ella logró mantener la propiedad de la tierra. Miller se iría poco después, no sin antes ser detenido por usurpar la tumba de Curdiff para borrar el epitafio: «asesinado por el indio Curdiff».
Como tantas otras paradas populares de la Ruta 66, la construcción de la I-40 se llevó rápidamente a los viajeros y a todo su dinero. TWO GUNS se desmoronó rápidamente y se abandonó por completo. Aún se pueden ver las ruinas del zoológico con las descoloridas palabras anunciando «Mountain Lions», el viejo puente de hormigón que cruza el Cañón Diablo, que fue inscrito en el Registro Nacional de Lugares Históricos en 1988, así como varios edificios de piedra totalmente desahuciados. Y todavía se puede ver la APACHE DEATH CAVE.
Visitando Two Guns
Una de las primeras estructuras visibles al salir de la I-40 es la de la antigua estación de servicio Shell ( la tercera y última de las construidas en Two Guns ). Todavía es muy reconocible puesto que se trata de unas instalaciones más modernas que sus predecesoras (de algún momento en los años 70), aunque sus tres islas de bombeo están desaparecidas. Hoy en día, está completamente cubierta de graffitis.

Antigua estación de servicio Shell
Dejando atrás la estación se encuentra la entrada al antiguo KOA Campground.
Una fotogénica piscina abandonada llena de graffitis es lo único que queda del antiguo KOA Campground cuyo edificio principal, con sus llamativa estructura empinada a dos aguas con la palabra «KAMP» pintada en el tejado, todavía resistía en pie hasta hace unos pocos años.
Ahora ya solo queda su recuerdo en un montón de escombros y en alguna foto antigua.
De camino, los dos tanques de agua siguen en pie junto a la carretera ( foto de arriba ).

La piscina abandonada junto a las ruinas del edificio del KOA Campground.
Estación de servicio Texaco de los años 40, abierta por la viuda de Cundiff. Fue la segunda de las estaciones Texaco que se abrió en Two Guns. Foto: 66postcards.com
Allí donde termina el pavimento se encuentra la estación de servicio Two Guns Texaco de la década de 1940, aunque lo único que queda de ella son los dos pilares de piedra que sostenían la marquesina a dos aguas de la entrada. Esta fue la segunda Texaco en Two Guns ( la primera ya hemos dicho que se construyó más al oeste, al otro lado del Cañón ).
Junto a esta quedan los restos de la cafetería y tienda que construyó Benjamin Dreher en la década de los 60.
El lugar se quemó en 1971, sellando su destino para siempre, pero el pequeño muro de piedra que lo precedía todavía está allí.
Detrás de las ruinas de la Texaco se puede pasear por los restos del «segundo zoológico», que aún conservan las emblemáticas palabras «Mountain Lions» sobre en el muro de piedra ( el primer zoo quedó aislado de los visitantes cuando se realineó la Ruta 66 en 1939 ).
Las ruinas del antiguo zoológico. Parte de sus alargada estructura de piedra a duras penas permanece en pie. Todavía se pueden imaginar sus «jaulas, estructuras parecidas a hornos de ladrillo, mortero y alambre de gallinero que fueron construidas a lo largo del borde y la pared norte del cañón (foto central). A la derecha, una imagen antigua del zoo. Foto: 66postcards.com
A unos 300 metros del zoológico se encuentra la cueva donde tuvo lugar la masacre de Death Cave.
A medio camino entre el zoo y las cavernas se llega a una pista que conduce al Puente Histórico de hormigón armado que cruza el Canyon Diablo Creek por la alineación de la Ruta 66 anterior a 1939. El puente se erigió en 1915 ( es 11 años más antiguo que la Ruta 66 ) como parte de la Carretera Nacional Old Trails. Posteriormente, la primera alineación de la Ruta 66 en la zona adoptó su curso.
Más allá del Cañón ( más allà del Canyon Diablo Bridge) hay más ruinas. Nada más atravesar el puente, a la izquierda se encuentra la base de un edificio de piedra. Era un antiguo puesto comercial Hopi.

El antiguo puente original que atraviesa Canyon Diablo Creek, de 45 metros de largo, conduce directamente a Two Guns.

Las ruinas del viejo puesto comercial Hopi.
A unos 250 metros siguiendo el camino de tierra ( National Old Trail de 1915-26 / US 66 1926-1938 ) a mano izquierda hay otro conjunto de edificios en ruinas. Este era el complejo original construido por Miller en 1925: casa, tienda, estación de servicio Texaco y zoológico original. El edificio de roca con una torre cilíndrica era la gasolinera Texaco y la tienda dirigida por Miller. Detrás de esta, construyó su primer zoológico con monstruos de Gila, pumas, jabalíes y gatos salvajes.
Primer zoológico de Two Guns. Foto: 66postcards.com
Texaco original de los años 20, primero propiedad de los Cundiff y después de Henry «Two Gun» Miller. Foto: 66postcards.com
Sorprende que Two Guns haya resistido tanto tiempo al vandalismo y a las durísimas inclemencias del tiempo, aunque lo cierto es que se está deteriorando muy rápidamente. Los más fanáticos tendrán apresurarse a visitar esta peculiar parada de la Ruta 66 antes de que las pocas estructuras que todavía quedan en pie sufran más daños o desaparezcan por completo.
Twin Arrows
El puesto comercial de TWIN ARROWS, en la salida 219 de la I-40, ha pasado por días mejores. Ahora en ruinas, la tienda y el restaurante sufren desde hace años las consecuencias del abandono, y de las dos flechas que permanecían como un extravagante elemento decorativo ahora solo queda una. Aunque el lugar esté desahuciado, merece mucho la pena un desvío para tomar unas cuantas fotografías
Construida a fines de la década de 1940 como CANYON PADRE TRADING POST, el puesto comercial estaba formado por una tienda de regalos, una gasolinera y una cafetería. El complejo pronto cambió su nombre a TWIN ARROWS TRADING POST, aparentemente inspirada en el cercano poblado de Two Guns. Fue entonces cuando se construyeron las icónicas flechas gigantes, plantadas en el estacionamiento para llamar la atención de los automovilistas y guiarlos hasta las puertas del establecimiento.
El complejo comercial sucumbió a la disminución del tráfico por la creación de la I-40 y sobrevivió como pudo hasta 1995, cuando finalmente fue abandonado. Desde entonces ha sucumbido al paso del tiempo.
Actualmente, el terreno es propiedad del cercano Twin Arrows Navajo Casino Resort, que limpió en 2009 las flechas de madera, muy deterioradas por el clima extremo del desierto, obviando cualquier esfuerzo por restaurar el puesto comercial o el restaurante.
Las dos flechas, hechas de antiguos postes de teléfono fueron una de las figuras más fotografiadas de la Ruta 66.
El sitio tiene ahora el encanto particular de la decadencia. Los edificios abandonados se han convertido en un fascinante lienzo para los artistas del grafiti y las dos flechas que un día atrajeron a turistas de todo el mundo se han ido consumiendo poco a poco hasta el desahucio. De hecho, una de estas emblemáticas flechas se rompió en febrero de 2022, probablemente a causa del acoso de fuertes vientos.
Como curiosidad, las flechas vivieron su momento de gloria cuando aparecieron fugazmente, en un fragmento de la película Forrest Gump.
Es una lástima pero el complejo comercial está hoy (2023) tan deteriorado que puede que en pocos años ya no quede ni rastro de este emblemático lugar
Ahora seguiremos nuestro camino en dirección Flagstaff, la ciudad de las 7 maravillas.
Enlaces Externos
- https://www.theroute-66.com
- Theroadwanderer.net
- Route66times.com
- National Register of Historic Places : nps.gov
- 66PostCards
- Legends of America
- Library of Congress: log.gov
- Roadhouse66.com