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ILLINOIS (1). El inicio de la Ruta 66 en Chicago. Km 0

Inicio de la Ruta 66
23 Dic, 2024
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ILLINOIS (1). El inicio de la Ruta 66 en Chicago. Km 0

por | Dic 23, 2024 | CHICAGO, RUTA 66, RUTA 66 ILLINOIS

Como turistas de la Carretera Madre, antes de lanzarnos a la carretera para emprender el camino hacia las vastas extensiones del país comenzamos nuestra épica aventura con un vistazo al inicio de la Ruta 66 y a la rica historia y arquitectura de Chicago.

EL INICIO DE LA RUTA 66 : Chicago

El Loop

El Loop es algo más que el centro financiero y político de la ciudad del viento… Es una animada zona con restaurantes, tiendas, teatros, parques, incansables actividades de ocio y una desmesurada belleza arquitectónica, que incluye, por ejemplo, a la tercera torre más alta del país…

Para reduir la congestión que provocaba la llegada de los trenes procedentes de la periferia, a finales del s.XIX, el Ayuntamiento decidió crear un sistema elevado de vías que rodeara el centro de la ciudad para que los trenes que llegaran, dieran la vuelta y volvieran a salir. Este sistema, que empezó a funcionar en 1891 y que todavía sigue en funcionamiento como metro aéreo, no tardó en recibir el sobrenombre de loop refiriéndose al lazo o bucle que forma la combinación de las distintas líneas, dentro del cual se concentra la actividad económica más importante de Illinois y una de las  más sólidas de Estados Unidos.   

Es temprano por la mañana y la ciudad despierta al ritmo de un sinfín de sonidos que recorren las calles sin respiro. El estruendo de un tren elevado, el murmullo del vaivén de los peatones y el eco de las ruedas sobre el asfalto marcan el compás de una ciudad que apenas duerme. Entre el caos y la armonía, Chicago respira el aroma del café que escapa de los bares del centro.

Estamos en el cruce entre Michigan Avenue y Adams Street, el punto de partida «oficial» de la Ruta 66. A su alrededor, las señales que marcan «Historic Route 66» invitan a adentrarse en este viaje hacia lo desconocido. El inicio de la Ruta, sin embargo no siempre ha estado aquí…

El inicio de la Ruta 66 se ha movido varias veces desde que se puso en servicio la carretera. Y es que, a medida que iba creciendo el sistema estatal de carreteras, tanto los puntos de comienzo como de su fin se fueron trasladando.

La alineación original de 1926 se encontraba en el cruce entre Jackson Boulevard y Michigan Avenue, cerca del Art Institute. Se decidió este punto porque la legislación de la época exigía que las carreteras no terminaran en un punto muerto, sino que debían conectar con una nueva ruta. En este caso, era con la U.S. 41.

En 1933, punto de partida original se movió varias manzanas hacia el este, hasta Jackson Dr. y Lake Shore Dr., que quedaba más cerca de la Feria Mundial que se desarrollo ese mismo año en la ciudad.

Más adelante, en 1955, Jackson se convirtió en una calle de sentido único en dirección este. Entonces Adams Street, la calle paralela, se convirtió en el nuevo punto de partida de la Ruta 66 en dirección oeste.

Hoy en día los viajeros pueden marcar el inicio de su viaje en el cruce de E. Adams Street y Michigan Avenue, frente al Art Institute of Chicago.

Estrictamente, Chicago marca tanto el inicio como el final de la Ruta 66, pero como, en realidad, la mayoría de viajeros se desplazaban en sentido oeste,  tiene más sentido que se la considere como el punto de partida.

Como decimos, Jackson Boulevard formaba parte de la Ruta 66 original en Chicago, y aunque hoy se ha convertido en una calle de sentido único en dirección este, todavía guarda un pequeño secreto: en su cruce con Michigan Ave., una discreta señal fácil de pasar por alto marca el «Fin de la Ruta 66».

Más fotografiada es la señal de BEGIN, el supuesto punto de inicio de la Ruta 66, ubicada en la intersección de Adams St. con Michigan Avenue, justo en frente del Instituto de Arte de Chicago, en Grant Park.

Esta es la que parece ser la primera atracción de la Ruta 66…, aunque habría que aclarar una cosa, aunque solo sea para ser del todo exactos: Adams St. nunca formó parte de la Ruta, simplemente es una calle de sentido único que se dirige de este a oeste desde Grant Park. 

Route 66 Begin

Fotografía de la señal de inicio de la Ruta 66 en E. Adams St., situada en el lado sur, hacia la mitad de la calle ( hay otro letrero igual en la esquina noreste con Michigan Avenue).

A menos que uno tenga todo el tiempo del mundo para recorrer metódicamente el antiguo trazado de la Carretera Madre, lo mejor y más práctico es ir directamente hacia lo que realmente se quiere ver, tanto en Chicago como en su enorme área metropolitana. Después de todo, el viaje no va de seguir un mapa al pie de la letra, sino de captar el espíritu de la Ruta y lo que representó para millones de personas que la atravesaron, cada cual con sus circunstancias. Eso es lo que realmente importa: la experiencia de crear tu propia historia, sin la necesidad de ser absolutamente escrupuloso con cada detalle.

Y como en todas las grandes ciudades, mejor ir andando a todas partes…

Hemos decidido, casi por capricho, empezar el día haciendo un desayuno tardío en uno de los locales más emblemáticos de la Ruta 66 en Chicago: Lou Mitchell’s, que se jacta de servir irresistibles comidas caseras y buen café desde 1923, cuando abrió en un pequeño local al otro lado de la calle.

El edificio actual, escondido cómodamente entre dos edificios más altos, data de 1949 y para disfrutar plenamente de su fachada hay que apreciarlo desde la distancia, o sea, desde el otro lado de la calle. Elevándose sobre el escaparate de aluminio y cristal, los visitantes se fijan sobre todo en el llamativo letrero de neón original de 1949 que se extiende a lo ancho de todo el edificio y que proclama con orgullo que «Lou Mitchell’s sirve el mejor café del mundo». Otro cartel original, que ensalza los productos de panadería hechos a mano del restaurante, todavía cuelga en la fachada frontal.

Una vez dentro, los comensales tienen la oportunidad de degustar excelentes platos de desayuno y almuerzo a un precio razonable.

Cada rincón, desde las banquetas de vinilo desgastado hasta el cromo reluciente del mostrador, rezuma autenticidad. Más allá de las oportunas mejoras de la cocina y los baños, parece que el interior del restaurante no se ha modificado significativamente desde que abrió. Conserva su piso de terrazo blanco y negro y la mayoría de las áreas del comedor y del mostrador no han cambiado.

El olor es un poema: una mezcla de huevos salteados con bacon, salchichas especiadas, tostadas francesas bañadas en dulce, tortillas esponjosas, patatas doradas y mantequilla,… Y, en el trasfondo, el aroma profundo y terroso del café flota en el aire. 

No es que huela a dieta mediterránea precisamente,… pero, al fin y al cabo, nadie viene aquí buscando ensaladas de quinoa o tostadas de aguacate. Este es un templo del exceso calórico, donde las arterias se endurecen y cada bocado sabe a la promesa de un infarto. 

Lou Mitchell´s Chicago

Lou Mitchell´s. Durante sus más de 100 años de historia, esta legendaria cafetería ha dado de comer a presidentes, políticos, celebridades… y a miles de viajeros de la Ruta 66 que han decidio empezar su periplo por la Carretera Madre justamente aquí. 

El negocio forma parte de la Route 66 Hall of Fame y entre sus logros, según se dice, está el de haber inventado los donuts tal y como los conocemos, o sea, con el agujero en medio.

Lou Mitchell’s fue incluido en el Registro Nacional de Lugares Históricos en 2006. 

La mezcla de habitantes locales de Chicago y viajeros que normalmente se encuentran en Lou Mitchell’s subraya una de las dinámicas históricas más importantes de la experiencia de la Ruta 66: 

A mediados del siglo XX, la Carretera Madre reunió a personas de todos los rincones del país mientras lugareños y forasteros se codeaban en innumerables restaurantes, gasolineras y moteles de carretera… Por supuesto, en Lou Mitchell’s el visitante probablemente se codeará literalmente, ya que este lugar popular suele estar lleno de gente, a veces con colas que se extienden hasta la puerta. Según una antigua tradición, para facilitar la espera, el personal reparte sus famosos donuts recién horneados y Milk Duds a sus pacientes clientes.

A pesar de su entorno metropolitano, Lou Mitchell’s comparte otra característica en común con cientos de establecimientos comerciales de pequeñas ciudades que han ejercido su actividad a lo largo de la Ruta 66: es de propiedad y gestión familiar. Su fundador William Mitchell, nombró el local original de 1923 en honor a su hijo Lou, quien trabajó con otros miembros de la familia ayudando a administrar el restaurante. Con el tiempo, Lou se hizo cargo y dirigió el restaurante hasta bien entrados los setenta años. En 1992, vendió el restaurante a su sobrina, Katherine Thanas. Hoy permanece en la familia Thanas.

Un camarero deja amablemente la cuenta en la mesa,… Desayunamos 4 adultos por unos 62 dólares. Muchas gracias por la amabilidad y por tan entrañable desayuno. 

Al salir de Lou Mitchell’s, la ciudad parece más grande y vibrante… Hace apenas una hora, sus rascacielos parecían torres inalcanzables. Ahora, con el estómago satisfecho, Chicago invita a ser explorada, así que el resto de la mañana patearemos el Loop  y, más adelante recorreremos las calles comerciales de la Magnificent Mile …  

Dentro del perímetro del Loop se agrupan algunos de los mejores ejemplos de arquitectura de rascacielos del mundo:

  • La Torre Willis, el tercer edificio más alto del país.
  • El Rookery Building, que cuando se construyó en 1888 era el más alto del mundo y cuyo interior fue redecorado por Frank Lloyd Wright en 1905.
  • El Chicago Board of Trade Building , sede de la Bolsa de Comercio y el edificio más alto de Chicago de 1930 a 1965, es como un Empire State en pequeñito.
  • El Marquette Building, está considerado como el primero de la “escuela de Chicago”, con unos grandes ventanales que fueron adoptados para el diseño de nuevas construcciones por todo el país…

  • El Monadnock Building, que data de 1893 y, aunque pueda parecer una enorme torre de ladrillos, resulta que, con sus 60 metros y 17 plantas, es uno de los más altos en el mundo construidos en mampostería y uno de los primeros edificios en altura de los EE.UU.

Chicago también es innovador en Arte Público. Y es que para embellecer los espacios abiertos, una serie de talentos contemporáneos como Picasso, Miró, Jaume Plensa o Anish Kapoor exhiben gigantescas obras de arte que uno puede descubrir mientras pasea por las calles o parques del Loop.

Chicago-Theatre

Además de arquitectura, en el Loop se pueden visitar algunos iconos de la ciudad, como el famoso Chicago Theatre , conocido por su característico letrero vertical con letras iluminadas, un símbolo que aparece en innumerables fotografías de la ciudad. Construido en 1921, esta joya arquitectónica se encuentra en N. State Street, en pleno corazón de la ciudad.

 

A poca distancia del restaurante, Union Station se alza como un templo a la vida cotidiana.  Testigo mudo de millones de encuentros y despedidas, sus escaleras, ahora renovadas, recuerdan inevitablemente la memorable escena de Los Intocables de Eliot Ness, donde un cochecito tambaleante redefine el cine de suspense.  

Bajo un laberinto de gigantes de acero y cristal, donde cada edificio parece perforar las nubes, el distrito financiero late con una energía que es tan palpable como el incesante desfile de trajes y maletines que puebla las aceras.  

La Torre Willis se alza por encima de todas. Yo la conocí como la Torre Sears y, para mí, siempre será así. Cuando se inauguró, allá por 1974, dejó boquiabierto al mundo, despojando del título de edificio más alto al superar a las Torres Gemelas de Nueva York. Durante 20 años, sus 442 metros fueron la cima absoluta, hasta que en 1998, las Torres Petronas, desde Malasia, se alzaron vertiginosamente para robarle el trono.

Aún así, la Torre sigue imponente, dominando la silueta de Chicago y manteniéndose como el tercer edificio más alto de Estados Unidos, solo detrás del One World Trade Center y la Central Park Tower en Nueva York.

Willis Tower Chicago

Más allá de su altura, la gracia del edificio está en el Skydeck, el excelente mirador de la planta 103, que cuenta con unas vistas inigualables de Chicago ( en eso compite con las del 360º Chicago del 375 North Michigan Avenue ). Una vez arriba, cada cual puede poner a prueba su tolerancia al vértigo en The Ledge, una especie de balcón de vidrio con suelo transparente en la que se tiene la sensación es de estar suspendido a más de 400 metros sobre el suelo.

… Pero el Loop,  la arquitectura no solo busca altura, sino también equilibrio entre el pasado, el presente y el futuro. Desde la gracia refinada del Rookery Building hasta la audacia contemporánea de la Trump Tower, cuya belleza, al menos exterior, no tiene absolutamente nada que ver con la torre del mismo nombre en Nueva York, aquí, cada estructura cuenta una pequeña historia sobre la ciudad.    

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Entre toda esa incesante actividad, nos tomamos un momento de pausa para disfrutar de la perspectiva desde el Dusable Bridge, donde Michigan Avenue se cruza con el río Chicago. Sin pasar por alto el  hermoso el puente, no perdemos de vista la asombrosa arquitectura de la ciudad: el clasicismo del Wrigley Building, las líneas góticas de la Chicago Tribune Tower o el moderno brillo de la Torre Trump, que coexisten convenientemente creando uno de los espacios más emblemáticos de Chicago.

Además de las hermosas vistas, el Dusable Bridge ejerce de grandiosa puerta de entrada al tramo de Michigan Avenue que lleva el sobrenombre de Magnificent Mile, la calle de las compras.

Michigan Avenue: La Magnificent Mile

El DUSABLE BRIDGE fue levantado en 1920 como parte del Plan Burnham para la urbanización y el desarrollo de la parte norte de la ciudad.  Se trata un puente basculante de dos pisos apropiadamente decorado para dar sentido a su función de enlace ente el Loop y el elegante boulevard en que se ha convertido Michigan Avenue, a estas alturas de la ciudad. Como la mayoría de puentes sobre el río Chicago, es móvil para permitir el paso de las embarcaciones. Este, además, dispone de dos pisos que permiten doble nivel de tráfico: vehicular y peatonal.

El puente es a la vez una hermosa obra de arte público y una gran hazaña de ingeniería civil. 

Cuando el Puente de Michigan Avenue estaba en construcción, no había edificios importantes al otro lado del río Chicago. Fue entonces cuando el magnate del chicle, William Wrigley Jr. compró una parcela para edificar la sede corporativa de su empresa, la WRIGLEY COMPANY.  A la postre, este proyecto sería muy importante para el futuro desarrollo del norte de la Avenida Michigan

Enfrente está la CHICAGO TRIBUNE TOWER, sede del periódico del mismo nombre.

En 1922, el Tribune organizó un concurso de diseño para el que tenía que ser «el edificio de oficinas más bonito e inconfundible del mundo». La maniobra supuso una gran campaña publicitaria para la compañía, que recibió más de 260 propuestas. El ganador, que también se llevó los $50.000 del premio, fue el proyecto neogótico de los arquitectos John Mead Howells y Raymond Hood, autores también del Daily News Building en Nueva York ( el Daily Planet de Superman ).

Como curiosidad, la fachada del Tribune contiene piedras de muy diversos orígenes: monasterios y castillos europeos, el Vaticano, la Ciudad Prohibida de Pekín… incluso una piedra que se trajo el Apolo XV como recuerdo de su paseo por la luna

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El Wrigley Building, cuya torre del reloj se inspiró en la Giralda, la torre campanario de la catedral de Sevilla.  Al lado, la Tribune Tower.

Otro de los edificios que destacan por encima de los demás es la imponente TRUMP INTERNATIONAL TOWER, un enorme rascacielos de 98 plantas y 423 metros, cuya reconocible fachada de vidrio curvado refleja el cielo y el agua, integrándose convenientemente con el entorno urbano de la ciudad. 

Su historia comienza en 2001, cuando el entonces promotor inmobiliario Donald Trump anunció sus planes de construir el rascacielos más alto del mundo… Sin embargo, después de los atentados del 11-S, revisó sus pretensiones a la baja… Trump decidió revisar el diseño, reduciendo la altura proyectada del edificio. El enfoque cambió hacia una combinación de lujo y funcionalidad que destacara sin necesariamente romper récords.

Cuando finalizó su construcción en 2009, la Torre Trump se convirtió en el segundo edificio más alto de EE.UU, sólo superado por la Torre Willis, también en Chicago. Y, a pesar de no alcanzar el récord de altura, su diseño y presencia arquitectónica lo han convertido en un símbolo de riqueza y funcionalidad.

Su instalaciones incluyen un hotel de lujo, que ocupa los primeros 27 pisos, más de 300 residencias privadas a partir del piso 29, un centro de spa y fitness de primer nivel, una piscina cubierta, diferentes espacios comerciales y elegantes restaurantes con vistas panorámicas. 

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La Trump International Tower desde el paseo que bordea el río Chicago. Hoy sigue siendo uno de los edificios más altos de los Estados Unidos y una pieza central del skyline de Chicago.

Antes de continuar con nuestra particular maratón por Chicago, hay una pequeña promesa que debemos cumplir: hacernos con una pizza de cuatro quesos en Gino’s East, una superpotencia de la pizza de base gruesa estilo Chicago situada junto a la Magnificent Mile. Aquí, entre paredes llenas de historias y la fragancia a queso derretido, nos encontramos con el sabor más característico  de la ciudad.

La pizza es sublime. Servida en plato hondo, este maravilla de masa gorda, queso y hierro forjado, sigue elaborándose de la misma forma que cuando se inauguró el local, allá por el año 1966… 

Gino´s-East-Chicago

La tradición del restaurante es  invitar a todos sus clientes a dejar su huella en alguna de sus desgastadas paredes

Con el estómago satisfecho tras un festín de calorías, ahora sí, estamos preparados para regalarnos un paseo… La tarde nos recibe con la alegría del ritmo urbano, donde las luces, las vitrinas y el susurro de la ciudad nos invitan a caminar sin prisa, dejando que Chicago nos cuente algo más…

La Magnificent Mile, al norte del DuSable Bridge es el lugar donde ir de compras en Chicago. Esta Avenida, de poco más de un quilómetro, figura entre las calles más ilustres del mundo, y vendría a ser algo así como el equivalente del medio oeste al Rodeo Drive de Beverly Hills o a la Quinta Avenida de Nueva York. Y no solamente hay tiendas al norte de Michigan Avenue… En el Observatorio del John Hancock Center,  se pueden observar algunas de las mejores vistas de la ciudad, 

La experiencia comienza ya en la planta baja del edificio, con una exposición interactiva sobre la historia de la ciudad. Uno de los ascensores más rápidos del país viaja a 32 km/h hasta el piso 94, donde está el 360 Observation Desk

Con unas vistas deslumbrantes sobre del horizonte, Chicago se despliega como una obra maestra. Al este, el Lago Michigan se extiende como un inmenso lienzo azul. Hacia el norte, Lincoln Park parece un suspiro de alivio entre tanta urbanidad. Y mientras uno recorre con la mirada el horizonte, es fácil distinguir a su majestad la Torre Willis coronando los cielos de Chicago… Dicen que en días despejados, si afinas bien la vista, incluso puedes distinguir los estados de Indiana, Michigan y Wisconsin 

Chicago-Lincoln-Park

El Lincoln Park desde lo alto de la Torre Hancock. el mirador rivaliza  con el Skydeck de la Torre Willis por la mejor panorámica de Chicago.

Con sus 100 plantas y 344 metros de altura, el 875 North Michigan Avenue (… antiguo John Hancock Center) es otro de los imprescindibles de Chicago. 

Aunque hoy en día ya no destaca por su altura, sigue siendo reconocido como un ejemplo de combinación de elegancia y simplicidad en su diseño y un paradigma de la innovación de la ingeniería de finales del s.XX.

El edificio también fue influyente en su organización interna, puesto que fue uno de los primeros proyectos de edificios altos de uso mixto (con espacios comerciales, aparcamientos, oficinas, viviendas o restaurantes…)

Chicago-John-Hancock-Center

Cuando se terminó en 1968, el John Hancock Center se convirtió en el segundo edificio más alto del mundo… Actualmente es el quinto más alto de Chicago.

Chicago-Skyline

Las excepcionales vistas sobre el Skyline de Chicago, dominado en las alturas por la Torre Willis.

Bajo la sombra de la Torre Hancock, se alza la histórica Torre del Agua, una de las pocas construcciones que sobrevivieron al Gran Incendio de 1871. Su silueta, tan inesperadamente medieval, es un homenaje al ingenio y la determinación de una época. Levantada entre 1867 y 1869, su propósito original era más práctico que poético: albergar una poderosa bomba para extraer agua del lago Michigan. Sin embargo, con el paso de los años, la Torre ha trascendido su función original para convertirse en símbolo de la reconstrucción de una ciudad que, casi por completo, había quedado reducida a escombros tras el colosal incendio.

Y hacia el final de Michigan Avenue justo cuando el bullicio empieza a ceder, se llega a OAK ST, una calle elegantemente discreta de casitas bajas donde, ahora sí, están todas las tiendas de lujo que no se han visto antes.  Es el exclusivo distrito del lujo de Chicago, completado por las adyacentes Rush St. y Walton St., calles tranquilas y agradables para pasear… y que no resultarán caras si no se entra a comprar.

El primer día en Chicago toca a su fin dejándonos maravillosos recuerdos del distrito del Loop y de la Magnificent Mile. Mañana, el alba nos verá madrugar para sumergirnos en la grandeza del Instituto de  Arte de Chicago y caminar entre los vastos espacios verdes de Grant Park, un pulmón vibrante donde la ciudad se toma un respiro y la belleza urbana se encuentra con la calma natural…

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