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Desde la frontera de Arizona, la US-163 viaja hacia el noreste a través de Monument Valley, pasa por Mexican Hat y luego termina en Bluff, Utah. Se trata de un tramo de belleza sublime que atraviesa la tierra de los navajos, donde el paisaje y la cultura nativa americana han creado un escenario perfecto para la fotografía.
El desierto de rocas rojas y las agujas del pintoresco Monument Valley han sido escenario de innumerables películas y anuncios. La milla 13 también ocupa un lugar destacado en la memoria de cualquier cinéfilo. Y es que es aquí donde ocurre la inolvidable secuencia donde el bueno de Forrest Gump finaliza su particular ultra-maratón por Estados Unidos. Hacia el norte de Monument Valley se encuentra el pueblo de Mexican Hat, llamado así por la formación rocosa en forma de sombrero invertido visible desde la carretera. En Mexican Hat, un desvío cruza el río San Juan por un histórico puente colgante. Un poco más al norte, la US-163 se encuentra con la US-261, que conduce a la carretera UT-316 hacia Great Goosenecks.
Se tarda aproximadamente una hora y media en recorrer los 72 km que cubre esta excepcional carretera panorámica desde Monument Valley hasta Bluff. Aún así, hay que asegurarse de planificar un tiempo adicional para disfrutar de excursiones y las paradas para tomar fotografías.
Monument Valley
Hogar de indios navajo, las obras maestras de arenisca de Monument Valley están coronadas por un sol que acentúa los magníficos colores de los asombrosos pináculos rocosos y los quilómetros de meseta que los envuelven. Todo ello se combina armoniosamente para conformar uno de los paisajes naturales más extraordinarios de Estados Unidos y una experiencia sensorial maravillosa.
En realidad, Monument Valley no es un valle, sino una amplia extensión de llanura desértica situada a una altitud media de unos 1.600 metros en la que sobresalen unas enormes formaciones de roca rojiza, que no son más que el sublime resultado de millones de años de creativa y caprichosa erosión.
Los desgastados materiales de las primeras montañas rocosas depositaron capas y capas de sedimentos que elevaron lo que un día fueron unas tierras bajas. Esta débil arenisca se erosiona fácilmente con el viento, la lluvia, las heladas y el calor, elementos naturales que han ido perfilando pacientemente este paisaje hasta darle el aspecto actual, que tanto fascina a los viajeros de todo el mundo.
El Parque se halla en el centro de la NACIÓN NAVAJO que, con una población de unos 350.000 indios navajo, es la reserva india más grande de Estados Unidos. Situada entre Nuevo México y los estados que albergan Monument Valley, Arizona y Utah, la Nación Navajo ocupa una superficie tan grande como dos Catalunyas y es la mayor área territorial en manos de una tribu nativa en EE.UU.
Para rentabilizar el paisaje más allá de Hollywood, en 1958 Monument Valley pasó a ser el Monument Valley Navajo Tribal Park, visitable todo el año excepto el 24 de diciembre, el 1 de enero y el día de Acción de Gracias (el cuarto jueves de noviembre).

Monument Valley no es un Parque Nacional como sus vecinos Canyonlands o Grand Canyon, sino que está catalogado como Parque Tribal de la Nación Navajo. Por lo tanto, son los herederos de esta importante tribu nativa los encargados de gestionarlo.
Aquí los turistas son bien recibidos y son una buena fuente de ingresos, pero no hay que olvidar que los indios relativizan la influencia que pueda tener Hollywood en la tremenda popularidad de este lugar. Para ellos, Tsé Bii’ Ndzisgaii (el valle de las Rocas) es territorio sagrado, y una cosa es autorizar un rodaje o promover el turismo y otra que los visitantes comprendan que pisan suelo sagrado.

¡Ojo! Monument Valley se rige por el horario de Utah. Si se llega por el norte (Utah) no hay cambio de hora, pero si se viene del sur (Arizona) después de visitar, por ejemplo, el Gran Cañón o Antelope Canyon se tendrá que añadir una hora al reloj (o restarle si se va en dirección contraria).

La entrada para visitar Monument Valley es válida para el día en que se paga y el siguiente, y cuesta:
- 20$ por vehículo hasta 4 personas (10$ por persona adicional).
- 10$ entrada individual, por si llegas andando, en moto o en bicicleta.
Puesto que se trata de un Parque Tribal, el pase anual de Parques Nacionales aquí no sirve. El acceso incluye un mapa informativo básico para recorrer el área por cuenta propia.

Estadísticamente los meses en que menos llueve son los de abril, mayo y junio. Son también los meses con temperaturas más suaves. Lo de la lluvia es importante porque el recorrido panorámico no está asfaltado y con mucha agua se vuelve impracticable. Los meses de verano, julio, agosto y septiembre, son los más calurosos, lluviosos e inestables.
Monument Valley se encuentra a 1.670 metros de altura, por lo que en invierno la nieve cubre con facilidad el paisaje. El contraste del blanco con el color anaranjado de las formaciones rocosas del parque es hermoso y fotogénico.
Pero si lo que de verdad apetece es recorrerlo en soledad, la mejor época para hacerlo es a principios de primavera o finales de otoño.
Visitar Monument Valley
A Monument Valley se puede ir a pasar el día, pero la visita cunde mucho más si se pernocta en el parque y se aprovecha para presenciar los espectáculos del atardecer y el amanecer. Y es que antes y después de que el cielo se llene de estrellas, los reflejos del sol sobre las arenas rojizas despliegan todo su abanico de tonalidades ocre y anaranjado en una exhibición fascinante de colores cálidos. Y eso, por supuesto, queda grabado en la memoria para siempre.
El parque puede visitarse por libre, conduciendo por un recorrido escénico señalizado de 27 km o contratando una visita guiada a cualquiera de los operadores turísticos Navajo para hacer un tour en jeep, a caballo o a pie.
Si se decide hacer el recorrido panorámico por libre serán suficientes cuatro horas para disfrutar de las vistas, parar en los diferentes puntos de interés señalizados y hacer todas las fotos que hagan falta. Para quien esto no le parezca suficiente, también puede acceder a lugares más escondidos como Mistery Valley, Ear of the Wind u otros puntos de referencia, a través de las visitas guiadas.

Los horarios de la pista que recorre el valle son: del 1 de abril al 30 de septiembre : de 6:00 a 20:00 / del 1 de octubre al 30 de mayo : de 8:00 a 17:00. Si se decide hacer la visita por cuenta propia, hay que tener presente que la pista tiene muchos baches y algún desnivel, sobre todo al principio. En condiciones normales no debería haber más problemas que un constante y cansino balanceo, pero si ha llovido o nevado puede que la carretera esté impracticable para vehículos con poca altura de bajos (siempre es mejor utilizar un SUV o un 4×4). En ese caso, la única opción será contratar una visita guiada.

En la página web del parque hay mucha información sobre los tour operadores, que son dirigidos por guías navajo y realizados en todoterreno 4×4 para acceder a lugares donde no se puede hacer con vehículo privado.
Quien piens que ha aprendido todo sobre geología visitando el Gran Cañón del Colorado, que espere a ver las formas que la caprichosa naturaleza ha esculpido en Monument Valley.
El paseo empieza desde el centro de visitantes, donde hay una vista panorámica espectacular del Merrick Butte y la pareja formada por los Mittens (el del este y el del oeste) que, por su forma de manopla apuntando al cielo, tienen un gran significado espiritual para los navajo.
La visita comienza junto al Centro de Visitantes, con unas vistas que, por si mismas, ya justifican el precio de la entrada: las manoplas de West & East Mittens y Merrick Butte.
A partir de aquí comienza la SCENIC LOOP ROAD, con 27 kms alrededor de los imponentes peñascos que tanto han aparecido en el cine o en las revistas. Hay 11 puntos señalizados para admirar unos promontorios que los indios se han encargado de bautizar según su «parecido», como Elephant Butte o Camel Butte, o su imaginación, como Three Sisters, unas formas rocosas que, según se cuenta, se asemejan a una monja aleccionando a sus pupilas…
Aglgunos de los sedimentos modelados por el tiempo tienen formas mágicas, como la extraordinaria aguja del Totem Pole, de más de cien metros de altura. North Window, es otro rincón que no hay que perderse. De todos ellos, además de las vistas desde el Centro de Visitantes, el John Ford´s Point (el enclave favorito del cineasta) y el Artist Point, son los miradores más celebrados por fotógrafos e instagramers de todo el mundo. Y es que las vistas desde ahí son sublimes.
Una de las normas del parque es que no se permite pasear más allá de 90 metros de las pistas marcadas ni de los miradores. Y ya hemos dicho que, en general, tampoco se puede practicar senderismo por libre. El ÚNICO SENDERO QUE SE PUEDE HACER POR CUENTA PROPIA es el Wild Cat Trail, una caminata circular de unos 6 km por los alrededores de una de las áreas mas pintorescas de Monument Valley, el West Mitten Butte. No presenta una dificultad excesiva pero si que hay que vigilar las temperaturas, sobre todo en verano, ya que pueden ser muy altas.
El sendero empieza en la esquina noroeste del área de estacionamiento del centro de visitantes y se puede tardar de 2 a 3 horas en recorrerlo.
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Monument Valley y el cine
Para cualquier cinéfilo, la visita a Monument Valley es una experiencia tan emocionante como difícil de explicar en palabras. Hogar durante generaciones de los indios navajo, Monument Valley había sido ignorado por el colono blanco hasta que John Ford rodó «La Diligencia», la película que llevó al estrellato a un joven John Wayne en 1939 e inauguró una tradición fílmica que convirtió el área en un territorio legendario ligado para siempre al imaginario audiovisual de cualquier amante del cine.
Harry Goulding y su esposa Leone fueron los primeros en establecerse como comerciantes en esas tierras. En 1923 compraron a los indios 258 hectáreas de su reserva tribal y abrieron un negocio: el Goulding’s Trading Post and Lodge. Con la llegada de la Gran Depresión, sus ingresos descendieron y cuando se enteraron de que la United Artists buscaba localizaciones para un Western, los Goulding acudieron a Hollywood con muy poco dinero y un álbum de fotos para convencer al estudio de que Monument Valley era el emplazamiento ideal para la película. Con una mezcla de suerte y perseverancia, Harry conoció a John Ford, al que habían entusiasmado las fotos de Monument Valley.
A los pocos días, el director y su equipo se desplazaron hasta allí para empezar a filmar «La Diligencia».

Por su propuesta, los Goulding se llevaron una recompensa de 5.000 dólares y el encargo de alojar a todo el equipo de rodaje de La Diligencia. Con el tiempo, la pareja continuaría albergado equipos de filmación, artistas y turistas, y expandiendo sus instalaciones para acomodar a su, cada vez mayor, número de invitados.
De aquellos días, se conserva la casa de Harry y Mike Leone Goulding, donde Ford se alojó en cada rodaje y donde también durmieron John Wayne o una joven Natalie Wood.
Los Goulding ya fallecieron, pero el Goulding´s Lodge todavía acoge a visitantes de todo el mundo que vienen a disfrutar del paisaje y del encanto de Monument Valley . Y es que gracias a su espíritu pionero, este territorio indio se ha convertido en uno de los iconos más reconocibles y visitados del oeste americano.
El film supuso el inicio del idilio del realizador con Monument Valley, que aparecería en unos cuantos largometrajes más dirigidos por él. Y es que durante los años siguientes, Ford rodaría las célebres Fort Apache (1948), la legión invencible (1949), Río Grande (1950), Centauros del desierto (1956) o la Conquista del Oeste (1962), siempre con John Wayne como protagonista.
Monument Valley es uno de los lugares más fotografiados del planeta y uno de los que han aparecido de forma más recurrente en películas, videoclips o anuncios, sobre todo del género Road Movie. Easy Rider, Vacaciones de una chiflada familia americana, Regreso al futuro III o mil maneras de morder el polvo son algunos de los títulos más populares, pero no son los únicos. Thelma y Louise y Forrest Gump también gozaron de una excelente panorámica desde la US-163, que pasa junto al Parque.

DONDE DORMIR
Aquí no hay cadenas hoteleras. Monument Valley está dentro de la reserva de los indios navajo y ellos lo gestionan todo, así que si quieres dormir aquí ( ¡y es muy recomendable! ) tendrás que hacerlo en uno de estos dos hoteles ( y ninguno de ellos es económico, precisamente ):
El principal reclamo del The View son las vistas de ensueño desde todas sus habitaciones. Está junto al Centro de Visitantes y del comienzo del recorrido escénico. También dispone de unas cabañas de madera separadas de las instalaciones del hotel: un lujo para vivir el amanecer desde la cama.
El Goulding´s Lodge, junto a la US-163, en las afueras del parque, es un hotel con un gran peso histórico.
Ya hemos dicho que Harry Goulding se estableció en estos territorios al abrir un puesto comercial y que, tras presentarse en Los Angeles con una serie de fotografías del lugar, convenció a John Ford para que lo escogiera como localización para su película. Desde entonces, Ford y su equipo se alojaron allí durante los rodajes en Monument Valley, así que el hotel, además de habitaciones, parcelas de camping y una tienda de recuerdos con artesanía navajo, acoge un interesante museo, de entrada libre, con una buena colección de fotografías y recuerdos de aquellos días de rodaje.
Una alternativa más asequible es el Desert Rose Inn & Cabins, en Bluff, a 40 minutos de Monument Valley.
Forrest Gump Point, un lugar de película en Monument Valley

Forrest Gump es uno de los personajes más queridos de la historia del cine. A través de una mirada pura e inocente, nos enseña algo más que anécdotas en su particular relato de algunos de los acontecimientos más importantes de la historia reciente de Estados Unidos.
Todos recordamos a Forrest, en un banco cerca de una parada de autobús dispuesto a hablar con cualquiera; a la maravillosa Jenny gritando «¡Corre, Forrest, corre!», o los siete minutos que cambiaron la historia del running para siempre.
Y es que la película está llena de momentos mágicos como estos.

Señor, por qué corre ¿Lo hace por la paz mundial? ¿Por la gente sin hogar? ¿Lo hace por los derechos de la mujer? ¿Por el medio ambiente? ¿Por los animales? ¿Por las armas nucleares?” Forrest insiste a los periodistas que lo acosan en que no tiene un motivo especial para hacerlo, pero lo cierto es que sí tenia una razón:
“Mamá siempre decía que tienes que dejar atrás el pasado antes seguir adelante. Creo que fue por eso que corrí tanto”. Esa mañana, Jenny, el gran amor de su vida, se había marchado y Forrest quedó destrozado, así que la manera que encontró para aliviar su dolor fue correr. Y no sólo por Jenny, también lo hizo para huir de los abusos y las burlas de sus compañeros de colegio o para ahogar el sufrimiento por la ausencia de un padre.
Si hay un referente en el mundo del running, ese es Forrest Gump. El cine se ha acercado muchas veces a ese mundo, pero nunca de la forma en que lo hacen los siete minutos que convirtieron al entrañable Forrest Gump en un referente para cualquier corredor de fondo.
Un día, y sin una razón aparente, salió a correr. 3 años, 2 meses, 14 días y 16 horas más tarde, Forrest decidió terminar abruptamente su particular ultra-maratón por Estados Unidos. Y lo hzo en el mejor lugar posible, en Monument Valley. La misma lógica que lo impulsó a empezar a correr lo hizo para que, después de haber corrido durante tanto tiempo, simplemente dejara de hacerlo.
El Forrest Gump Point recuerda el lugar exacto donde el inagotable personaje decide pararse.

En mitad de una carretera, ante un buen grupo de atónitos seguidores y con Monument Valley como telón de fondo, Forrest dijo: «estoy muy cansado, creo que iré a mi casa». A sus espaldas quedaban un grupo de seguidores atónitos y una recta infinita que apuntaba hacia el Valle de los Monumentos. La secuencia acaba con la voz del Forrest narrador, que dice : «Y así, sin más, mis días de correr terminaron. Y me fui a mi casa. A Alabama»

La US-163 es una de las localizaciones más especiales de la historia del cine.
El lugar exacto donde ocurre esta inolvidable secuencia se encuentra en la milla 13 de la carretera panorámica US-163, a unos 20 km de Monument Valley. Para que nadie se pierda, al borde de la carretera, alguien dejó una señal que indica que:
«FORREST GUMP ENDED HIS CROSS COUNTRY RUN AT THIS SPOT»
( en agosto de 2023 no fuimos capaces de encontrarlo… Desconozco si alguien se la ha llevado o simplemente no la vimos – otras veces la encontramos fácilmente )
El momento en el que se aparca el coche y, de repente aparece este célebre paisaje,… ese instante en el que realidad y ficción se fusionan, es, literalmente, memorable.

En realidad, Forrest nos da una lección a todos. Además de llenar nuestros corazones, nos enseña algo muy importante: A SER FELICES Y HACER FELICES A LOS DEMÁS. Con esa inocente y tan particular forma de ver el mundo, Forrest siempre consigue ver el lado bueno de las cosas y contagiar ese optimismo a todos los que le rodean.
En Forrest Gump, EL CORRER NO ES MÁS QUE UNA METÁFORA VITAL DE SUPERACIÓN que viene a decir algo así : no importa lo oscuro que lo veamos todo a nuestro alrededor. Con un poco de esfuerzo y capacidad de superación, se puede hacer frente a cualquier adversidad. Y es que antes o después, la vida nos deparará momentos inolvidables que marcarán el resto de nuestros días. Como dice
“Ese día, estábamos caminando como siempre, y luego, así como si nada, alguien paró la lluvia, y el sol salió.”
Al norte de Monument Valley
Mexican Hat
Entre Monument Valley y Mexican Hat, la US 163 atraviesa tierras amplias, azotadas por el viento y serenas en su magnificencia. La famosa formación rocosa se encuentra a unos 2 km al norte de la población de Mexican Hat por una camino de tierra bien señalizado que conduce directamente hacia ella.
La leyenda local habla del amor de un joven vaquero mexicano por una doncella nativa americana que, por desgracia, ya estaba casada con un viejo curandero malvado. Cuando el curandero se enteró del asunto, convirtió al vaquero en piedra.
El pequeño pueblo de Mexican Hat hoy se beneficia del flujo de turistas que llegan a este remoto rincón de Utah.
Goosenecks State Park
El desvío hacia Goosenecks State Park está a llegar a la autopista 261, a unos 6 km al norte de Mexican Hat por la US 163.
Al borde de un profundo cañón sobre un sinuoso triple meandro del río San Juan, este pequeño parque recompensa con unas impresionantes vistas de uno de los ejemplos más sorprendentes de meandro fluvial en el continente americano. Y es que la Madre Naturaleza ha querido exprimir a lo largo de un profundo cañón más de 8 km de río en solo 1.6 km de línea recta. A estas alturas, el río fluye a unos 9 km/h hacia el oeste, abriéndose paso a través del desierto en su camino hacia el lago Powell.
La entrada al parque es de $5.00 por automóvil. Se puede acampar por $10.00/noche..
Valle de los Dioses
En aproximadamente 13 km desde Goosenecks State Park se llega al Valle de los Dioses, que vendría a ser como una versión en miniatura de Monument Valley pero sin gente. La visita se realiza a través de un accidentado recorrido circular de 27 km que deambula entre diez imponentes monolitos de roca con nombres tan caprichosos como Lady In The Bathtub, Set Hen Butte y Devil’s Window. El camino es de grava y, aunque en su mayoría está en buenas condiciones, hay que esta atento.
En cuanto a excursiones, aquí no hay senderos señalados ni restricciones a la hora de caminar o acampar.
Una de las dos entradas se encuentra bien indicada en la US-163, a unos 9 km de Mexican Hat.
Las mesas y las formaciones rocosas del Valle de los Dioses están formadas por la misma arenisca que las algo más grandes de Monument Valley.
Se vuelve al asfalto al llegar a la carretera estatal 261, junto a la estresante subida hacia Moki Dugway un mirador desde donde se contemplan amplias vistas sobre el valle. La subida, empinada y por un camino lleno de grava, tiene unos 5 km de largo y serpentea durante más de 350 metros sobre Cedar Mesa. A los pies de la subida se encuentra el desvío hacia Muley Point. Las curvas empinadas y el paisaje inmejorable hacen de los últimos quilómetros de subida hasta el mirador uno de los recorridos más emocionantes del estado.
(Para llegar hasta aquí y recorrer el circuito en sentido inverso, hay que tomar la autopista 261 nada más pasar por Mexican Hat desde la US. 163 y dirigirse hacia el norte durante aproximadamente 14 km).
River House Cliff Dwellings / Comb Wash Ruins
Al noreste de Mexican Hat, los paisajes se caracterizan por condensar estrechos cañones laberínticos tallados por la acción persistente de las aguas turbulentas del río San Juan.
Antes de llegar a Bluff, hay que tomar un pequeño desvío de 8km por la SJC Rd 235 para visitar unas más que interesantes casas de los acantilados al borde del río. Es un camino de tierra difícil de afrontar en un turismo bajo, pero vale la pena. El lugar es remoto pero la recompensa es excepcional: un paseo sin ataduras sobre varias viviendas al más puro estilo Mesa Verde.
Bluff
Bluff es un lugar tranquilo ubicado en el atractivo valle del río San Juan, entre acantilados de arenisca y el río San Juan. Su mayor atractivo, a priori, es el senderismo y sus impresionante formaciones rocosas. Ahora bien, más allá de a hermosa área que la rodea, la visita al pueblo en sí también es muy agradable, con enormes sorpresas como el Fuerte Histórico, que desvela con entusiasmo los secretos de la fundación de la ciudad en 1880 por los pioneros mormones.
En 1880, Bluff fue colonizada por pioneros Santos de los Últimos Días que buscaban establecer una misión en el área de Four Corners. Setenta familias pasaron seis meses viajando a Bluff por el arduo sendero Hole in the Rock. Poco después de su llegada, construyeron cabañas de una habitación y establecieron el Bluff Fort. En años posteriores, más prósperos, los pioneros construyeron elegantes casas victorianas, muchas de las cuales han sido cuidadosamente restauradas en el distrito histórico de Bluff.
Para los aficionados a los emplazamientos arqueológicos, en la cercana área recreativa de Sand Island se puede ver un panel de petroglifos anasazi que presenta cinco representaciones de Kokopelli, el flautista jorobado y algunas de cazadores de mamuts.
Gracias al magnífico trabajo de entregados voluntarios, en Fort Bluff se puede ver un vídeo explicativo muy interesante y una estupenda y precisa reconstrucción de la ciudad en la época de su fundación.
En 1880, Bluff fue colonizada por pioneros mormones que buscaban establecer una misión en el área de Four Corners. Setenta familias pasaron seis meses viajando a Bluff por el arduo sendero Hole in the Rock. Al llegar, construyeron cabañas de una habitación (expuestas en Bluff Fort). En años posteriores, más prósperos, los pioneros construyeron elegantes casas victorianas, muchas de las cuales han sido cuidadosamente restauradas en el distrito histórico.
Elegantes casas victorianas a la izquierda A la derecha, la casa más antigua de Bluff, construida en la década de 1890.